En una nota, la Benemérita ha explicado que la entrada en vigor del nuevo reglamento legislativo, este tipo de pujas ya no podrá realizarse a partir del 1 de enero de 2023, por lo que las armas serán destruidas transcurrido el plazo de un año de su depósito, cuando su titular, o herederos, no opten a su enajenación o recuperación o bien dichas armas sean consideradas como de valor para el patrimonio histórico.
Para participar en la subasta, los concurrentes, además de estar en posesión de la correspondiente licencia de armas, debían haber depositado previamente una fianza por un 25 por ciento de la oferta sobre el lote que pretende adquirir.
En este último acto, se han expuesto un total de 602 lotes, compuestos por 78 armas cortas y 524 armas largas; de todas ellas se han adjudicado 112, quedando el resto en disposición de ser destruidas.
El lote que ha llegado a un precio final de puja más alto, corresponde a un rifle, que ha sido asignado por un valor de 750 euros, ha concluido la nota.