Con lagunas mentales y situaciones que no recuerda bien, el acusado ha manifestado que cuando se encontraban en un bar de Torrenueva, su padre le insultó a él y a su madre, de la que se había separado hace tiempo.
Cecilio reconoce que en ese momento él estaba borracho y había consumido cocaína. Ha dicho que se arrepiente de lo que pasó, pero que en ningún momento quiso matar a su padre, atropellándolo en la calle.
Según ha relatado el procesado, tras abandonar su padre el bar, después él cogió el coche para irse a su casa. Asegura que no conducía muy rápido porque iba bebido y recuerda que de pronto vio un bulto en la calle, frenó pero esa persona se abalanzó hacia el coche.
Cecilio afirma que se dio cuenta de que el atropellado era su padre cuando paró el vehículo. Vio el cuerpo con sangre tendido en el suelo, se puso muy nervioso, dice que no sabía lo que hacer y volvió al bar para pedir ayuda.
El acusado ha manifestado que la relación con su padre era normal. Ha declarado que, tras ser detenido horas después por la Guardia Civil, no se negó a pasar los controles de cocaína y alcoholemia.
Asegura que el de drogas si lo hizo, pero el control de alcohol no podía hacerlo porque, según ha dicho, no estaba en condiciones de soplar.
La fiscalía pide para el acusado 20 años de cárcel por un delito de asesinato y dos delitos contra la seguridad vial. Mientras, la acusación particular y la defensa piden solamente entre año y año y medio de prisión al considerar que Cecilio cometió un delito de imprudencia temeraria.
El juicio está previsto que se desarrolle hasta el viernes, cuando quedará visto para veredicto.