Aúna tradición, cultura, pero también una gran devoción hacia la “guardiana de los campos manchegos”, cuya cofradía está hermanada con muchas de las advocaciones y colectivos religiosos de la región. “La virgen y su niñete”, representan la estampa entrañable que condensa la sensación que tenemos en esta zona de ser una gran familia unida en torno a los viñedos, y con la impronta de nuestros trajes regionales, el folclore, y las tradiciones e idiosincrasia de una ciudadanía culta y laboriosa.