Segundo aniversario de la Unidad de Cuidados Paliativos de la GAI de Hellín en la que se centran en acompañar a pacientes y familiares en los últimos momentos
El equipo realiza visitas domiciliarias, consultas en el Hospital, atención telefónica e imparte formación en Centros de Salud y Residencias de Mayores
La Unidad de Cuidados Paliativos de la Gerencia de Atención Integrada de Hellín, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha cumplido dos años desde su puesta en funcionamiento, un periodo en el que han mejorado la calidad de vida de los pacientes.
Este es el objetivo final de esta especialidad de la atención sanitaria , una asistencia integral, activa y continuada de los pacientes y de sus familias, en la que vienen trabajando desde hace cinco años en una estrategia regional de cuidados paliativos que, entre otras medidas, está asegurando una respuesta consensuada y coordinada entre los distintos servicios y niveles asistenciales.
En una comunidad autónoma como Castilla-La Mancha, caracterizada por su dispersión geográfica, los equipos de Cuidados Paliativos son imprescindibles para llegar al paciente allá donde viva. Los profesionales de la GAI de Hellín cubren una extensión de más de 40.000 kilómetros cuadrados y tratan en domicilio desde vecinos de la ciudad hasta pacientes de pequeñas aldeas de Nerpio.
“Cuidados Paliativos entra en escena en enfermedades incurables con un pronóstico de vida limitado, no solo en la agonía, no solo al final de la vida; entramos con el objetivo de mejorar la calidad de vida y acompañar no solo no solo a la persona que tiene esa enfermedad, sino a su familia, ayudamos a amortiguar el sufrimiento en todas sus esferas: emocional, social y físico”, explica la Jefa de la Unidad, Bárbara Rodríguez. Para ello, se interviene en el Hospital, en los domicilios, por vía telefónica y se imparte formación en Centros de Salud y Residencias de Mayores.
Desde el Servicio de Medicina Interna de la GAI de Hellín, la doctora impulsó esta Unidad que ya ha atendido a 430 pacientes. El equipo ha estado conformado, desde su puesta en funcionamiento en la primavera de 2019, por los médicos Rubén Cordero, Ruth del Valle y el enfermero David Callado. Durante estos dos años también han contado con la colaboración de estudiantes del Grado de Enfermería y residentes de Medicina y Enfermería Familiar y Comunitaria.
Además, la Unidad coordina a un grupo multidisciplinar en el que participan profesionales de Atención Primaria, Urgencias Hospitalarias, Urgencias Extrahospitalarias (112), Trabajo Social, Salud Mental y colectivos sociosanitarios como la AECC o la Asociación de Alzhéimer. El enfermero David Callado cuenta que “intermediamos con las distintas instituciones y asociaciones, coordinamos los recursos existentes para facilitar que lleguen a las personas que lo necesitan”. El grupo suele reunirse cada mes en unas sesiones de trabajo en las que además se comunican experiencias. En una atención tan próxima con los pacientes como es la de Paliativos, los profesionales sienten muy de cerca cada caso y les ayuda compartirlo con el resto de compañeros.
El principal obstáculo que encuentran con los pacientes y familiares es la aceptación del diagnóstico. Bárbara Rodríguez relata que lo primero que deben hacer los profesionales es “hacer un trabajo personal donde tú te plantees qué es la muerte y el sufrimiento para tí y lo tengas claro, porque si tú no lo tienes claro o huyes de ello, no puedes enfrentarte al dolor de otra persona”.
APOYO
En este sentido, David Callado considera que “el final de la vida es algo presente, y una vez que tienes trabajada esta aceptación, es satisfactorio saber que estamos ayudando al paciente, dentro del sufrimiento, le paliamos el dolor y sobre todo, le acompañamos”. Durante una de las visitas que realizan a un domicilio, una de las pacientes, Ángeles, resume con lucidez lo que ocurre, “ahora a la gente joven no se les dicen las cosas malas para que no sufran, pero tienen que saberlo”.
Para combatir el dolor hay que comenzar por aceptarlo. Es algo que los profesionales tienen claro y que tratan de transmitir a los pacientes. La Unidad de Cuidados Paliativos de la GAI de Hellín visita diariamente en sus hogares a entre cinco y seis personas y aparte de realizar curas, administrar medicamentos, realizar tratamientos y controlar al paciente, dedican parte de su tiempo a escuchar a cuidadores y familia. Para Para los más allegados al paciente, la existencia de una línea telefónica permanente a la que pueden recurrir en todo momento, es un alivio. Soledad, mujer de un enfermo oncológico, lo expresa con emoción, “yo solo pensar que estáis en línea, al otro lado, me da mucha tranquilidad”.
Durante los meses más duros de la pandemia, el teléfono de la Unidad de Cuidados Paliativos amplió su horario, al tiempo que se mantenía la asistencia en domicilio. Una atención que ha permitido rebajar a solo el 5,6% los casos que requieren un ingreso hospitalario. Los pacientes atendidos, como se suele pensar erróneamente, no solo padecen cáncer; también se tratan patologías como insuficiencias respiratorias, afectaciones neurológicas degenerativas u otras
enfermedades crónicas en estado avanzado. El objetivo es evitar la hospitalización y que el paciente esté el mayor tiempo posible con los síntomas controlados y eso les da mucha calidad de vida. Fin último que justifica la labor comprometida de estos profesionales que saben que para la sanidad pública de la región, el paciente está en el centro del sistema.