Santander | 04.05.2022 15:53
La Policía Local de Santander multó al conductor de un patinete eléctrico que dio positivo en la prueba de alcoholemia. Una infracción de tráfico desembocó en la interceptación del usuario, alrededor de las 21:30, en la calle Castilla de la capital. Después del positivo en la prueba, los agentes iniciaron el procedimiento de sanción y retuvieron el vehículo, que fue transportado por una grúa hasta el Depósito Municipal de Ojáiz.
La normativa municipal es la que tiene la última palabra, aunque estamos hablando de un vehículo motorizado que, al igual que las bicicletas no está autorizado a compartir espacio con los peatones. Según la nueva normativa de la Dirección General de Tráfico, no pueden circular por aceras o zonas peatonales. Y además deberán hacerlo con casco.
En esta línea, en el caso de Santander, Torrelavega o Castro Urdiales, deben circular por los carriles bici, con una velocidad máxima de 25 kilómetros por hora. Están considerados vehículos a todos los efectos, y por lo tanto, obligados a respetar las normas de circulación: no se puede circular en sentido contrario o saltarse los semáforos.
Su utilización está limitada a una sola persona, que tampoco puede usar el móvil, y que deberá circular con iluminación o prendas reflectantes durante la noche. Y, como en el último caso de sanción en la capital cántabra, los usuarios son conductores y estarán obligados a someterse a pruebas de alcohol y drogas.
Las sanciones por conducir bajo los efectos del alcohol oscilan entre los 500 y 1000 euros. Si circulamos haciendo uso del teléfono móvil, sin casco, o sin alumbrado o elementos reflectantes durante la noche, 200 euros. Y hasta 100 euros de multa si encima del patinete circula más de una persona.