Cantabria analiza cómo hacer frente al crecimiento del sinhogarismo
Gobierno de Cantabria, los cinco ayuntamientos más poblados y las cuatro entidades participantes se han reunido para aunar recursos y estrategias.
Cantabria |
Este jueves se han reunido los representantes de las administraciones e instituciones que conforman la Estrategia de inclusión para las personas sin hogar.
Se trata de las consejerías de Inclusión Social y Salud y la Dirección General de Vivienda del Gobierno de Cantabria; los principales ayuntamientos de la comunidad en número de habitantes (Santander, Torrelavega, Castro-Urdiales, Camargo y Piélagos) y los representantes de Cáritas, Cruz Roja, Nueva Vida y la Cocina Económica.
Todos ellos han acordado el calendario de actuaciones que comenzará el próximo viernes 19 de enero con el primer objetivo de saber cuánta gente está en la calle y qué necesidades tienen. Los últimos datos de los que disponen, del año 2021, hablaban entonces de alrededor de 300 personas en las calles.
Conocer la "fotografía real"
Al término del encuentro, la consejera de Inclusión Social, Begoña Gómez del Río, asegura que el resto es ser capaces de ofrecer de forma clara los servicios que necesitan las personas sin hogar y que estas confíen en ellos. Las asociaciones coinciden en que, cuando ofrecen las diferentes soluciones a las personas beneficiarias, la primera reacción que tienen es rechazar la ayuda
El Gobierno, asegura Del Río, contará en 2024 y 2025 con más de 2 millones de euros para buscar soluciones habitacionales de urgencia (el llamado housing first).
En marzo, el grupo motor volverá a reunirse para conocer los datos que aporten los diferentes grupos de trabajo que se acaban de constituir.
Más mujeres, más migrantes y más jóvenes
Desde una de esas entidades, Nueva Vida, Julio David García, asegura en Onda Cero que el perfil de solicitante ha cambiado en los últimos años. Hay cada vez más mujeres (ahora superan 3 de cada 10 de quienes piden ayuda en Nueva Vida).
También hay más personas que necesitan ayuda por no tener una red de apoyo en España y también más jóvenes que, una vez fuera de los sistemas de protección a la infancia y la juventud, se quedan sin asistencia social.