El ciudadano inglés de 50 años de edad que asesinó este domingo a mujer con el cable del cargador del teléfono móvil en su apartamento de la Costa de la Calma (Calviá), según confesó él mismo en una llamada que hizo al 061, ha ingresado en prisión tras prestar declaración esta noche ante el juez de guardia, José Castro.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Palma, en funciones de guardia, ha dictado un auto de prisión comunicada sin fianza para este hombre, al que se le imputa un delito de homicidio, ha informado el Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares (TSJIB).
La mujer, inglesa de 49 años, identificada como L.J., falleció en la madrugada de este domingo, sábado, tras ser estrangulada por su marido con con el cable del cargador del teléfono en su domicilio de la calle Bella Vista de la Costa de la Calma, tras producirse una discusión entre ambos.
Fuentes de la Guardia Civil explicaron que el agresor, identificado como W.L., llamó a las 03.20 horas del sábado al servicio de emergencias 112 y confesó que había matado a su mujer.
La Delegación del Gobierno en las Islas Baleares ha confirmado que no existían antecedentes ni denuncias previas de malos tratos en este caso. El asesinato se produjo en el número 155 de la calle Bella Vista, en los apartamentos Siesta.
La Policía Local de Calviá y una UVI móvil del 061 se personaron poco después de la llamada telefónica en el apartamento y el equipo sanitario intentó reanimar a la mujer, que había sufrido una parada cardiorespiratoria, si bien no pudo evitar que falleciera.
Los profesionales sanitarios observaron que la mujer tenía significativas marcas en el cuello que desvelaban que había sido estrangulada.
La Guardia Civil, en concreto el grupo de Criminalística, se hizo cargo de la investigación y detuvo al marido como presunto autor de la muerte de su mujer, sin que opusiera ningún tipo de resistencia.
El presunto asesino residía desde hace diez años en Mallorca y la mujer vivía entre la isla y Londres. El matrimonio tiene una hija mayor de edad que reside en Inglaterra.
Se trata del primer caso de violencia de género registrado en Baleares en 2016.