Silencio en memoria de Erika
La plaza del Ayuntamiento de Oviedo acogió una concentración y guardó cinco minutos de silencio en memoria de la menor asesinada ayer en la capital asturiana
Decenas de personas han mostrado en silencio su tristeza, rechazo y exigencia de justicia en una concentración en la plaza del Ayuntamiento de Oviedo. Todos con el nombre de Erika en la mente, la niña de 14 años asesinada a cuchilladas en el piso de un hombre ya detenido e ingresado en el HUCA por las heridas de arma blanca que él mismo se hizo.
Inicialmente la calificación es de delito de homicidio pero las autoridades que han hablado sobre este crimen ya utilizan la palabra “asesinato”. La delegada del Gobierno espera “celeridad” en la investigación. Delia Losa transmite que la “Policía Nacional tiene mucho empeño” en avanzar en ello. Cree que “hay pruebas más que suficientes” de manera que “más pronto que tarde se llegue a un resultado final ante un asesinato vil”. Losa ha puntualizado que el detenido no está grave. La representante del Gobierno central en Asturias afirma que “todas las medidas para afrontar la violencia hacia las mujeres deben ser apoyadas por todo el arco parlamentario”.
El alcalde de Oviedo transmite un sentimiento de “tristeza, tristeza y tristeza”. Ha condenado el asesinato y ha enviado un mensaje de solidaridad y cariño para la familia y el entorno social de la niña. Alfredo Canteli ha pedido que “todo el peso de la ley caiga” sobre el agresor. “No quiero encontrármelo nunca en la calle”, ha dicho el regidor ovetense.
En una línea similar se manifiesta el presidente del Principado. Adrián Barbón espera que “la investigación vaya a buen ritmo y que la condena sea la mayor posible dentro de la ley”. El jefe del ejecutivo regional muestra su repulsa y condena con “toda la fuerza un hecho que nos dejó a todos sin palabras”.
En la concentración ciudadana estaban también miembros de la comunidad ecuatoriana dado que la familia de Erika Yunga procede de este país. También estaba la religiosa Alicia Fernández, integrante de las Hermanas de María Inmaculada donde trabaja Alba, la madre de la víctima. Al acto acudieron los miembros de la Corporación y los diputados de todos los grupos de la Junta General.
Los cinco minutos fueron rotos por un aplauso en señal de condolencia.