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El Rey alerta de los "graves riesgos de la polarización" y reconoce su emoción al ver a Leonor en los Premios

El rey ha compartido "un pensamiento íntimo" durante el discurso al confesar la emoción que siente ahora al ver a Leonor como encargada de entregar los galardones.

El discurso de Leonor en los Premios Princesa de Asturias: "La esperanza nos muestra que las cosas pueden mejorar"

ondacero.es

Madrid |

El Rey Felipe VI muestra su emoción tras ceder el testigo a su hija Leonor en los Princesa de Asturias |

La ceremonia de entrega de los Premios Princesa de Asturias ha asistido a un emotivo discurso de su Majestad el Rey Felipe VI que ha recordado su juventud, cuando, a los 13 años, asistió a su primera ceremonia de estos premios. Ha recordado a aquellos primeros premiados, figuras como José Hierro y María Zambrano, y la oportunidad que tuvo de conocer "a hombres y mujeres admirables" que, con su obra, han dejado "un impacto enorme para el progreso de nuestras sociedades". Este reconocimiento, asegura, ha sido para él no solo un honor, sino una responsabilidad que hoy se apresta a entregar a la Princesa Leonor, quien, como Presidenta de Honor de la Fundación, será la encargada de rendir homenaje a los futuros premiados.

Con la sinceridad que caracteriza a un padre, el Rey compartió un pensamiento íntimo, al confesar que ve "con emoción -de Rey y de padre-", el momento en que su hija asume esta tarea. "Ha sido un grandísimo privilegio y todo un aprendizaje", continuó, reflexionando sobre la huella que cada galardonado ha dejado en su vida. "Imaginen lo que ha supuesto conocer de una manera tan próxima a personas tan extraordinarias… de sentir que he crecido (en todos los sentidos) recibiendo cada año la guía y ejemplo de sus vidas y obras".

Dirigiéndose a los premiados, Su Majestad destacó que esta ceremonia no solo celebra sus logros, sino que también refuerza el objetivo de la Fundación: "Reconocer a aquellas personas e instituciones cuyos trabajos tienen la capacidad de llevar el progreso y la esperanza a tantas vidas y comunidades". Para los galardonados de este año, destacó: "Vuestros nombres también pasarán con brillantez a nuestra memoria colectiva", y les agradeció por su "pasión y compromiso" con la sociedad.

Su Majestad quiso condensar la esencia de todos los méritos de los premiados en una sola palabra: la persona. Cada galardonado, a través de sus obras y trayectorias, "nos habláis de alguna de las facetas que hacen brillar ese concepto": el amor, la belleza, la entrega y el compromiso. Este ideal, explicó el Rey, se hace aún más crucial en un "mundo globalizado" en el que la tecnología avanza a pasos agigantados, pero la deshumanización acecha. Recordó que los premiados, con su ejemplo, “nos recuerdan que, en el centro de cualquier discurso, acción o decisión… debe seguir estando -de manera ineludible- la persona".

En un tono más grave, el Rey ha abordado los horrores de la actualidad. Citando a la filósofa Adela Cortina al advertir que "el peor castigo que puede infligirse es la condena a la invisibilidad, a ignorar la existencia del otro, el rechazo y el desprecio", y ha añadido que estas palabras se reflejan tristemente en las "atroces imágenes" que llegan "de Oriente Próximo, de Ucrania, de África", donde la violencia y las violaciones de los derechos humanos son una constante. Es, entonces, una "llamada incesante a la contención y a la humanidad", una responsabilidad de todos, ha dicho, el buscar, "que la Paz y la Seguridad vuelvan a ser compatibles, complementarias y conducentes a la convivencia".

A nivel nacional e internacional, ha reafirmado el Rey, es "obligación de las instituciones… pero también de la sociedad civil… luchar contra todo aquello que se separe de ese respeto integral que debemos a la persona”. Defender esta dignidad implica fortalecer "el régimen de Derechos y Libertades que la garantiza, y que fundamenta nuestra Democracia". En el contexto mundial, abogó por el multilateralismo y la cooperación como herramientas para enfrentar los desafíos globales, recordando que la defensa de los derechos humanos y la dignidad son una lucha constante y compartida.

Finalmente, Su Majestad ha invocado una frase de Henry David Thoreau: "todo hombre tiene como tarea hacer su vida digna, hasta en sus menores detalles", y recordó que "es, ciertamente, una tarea noble y digna, la de mostrar, reconocer y celebrar el potencial de todo ser humano".