Los principales cambios que entraron en vigor el 1 de enero son dos:
Solo se permite registrar una tarjeta de residente por cada hogar. El equipo de gobierno explica que en torno a 500 viviendas contaban con dos o más tarjetas para ocupar un espacio público "limitado" y que debe compartirse con el resto de gijoneses. Según los datos del estudio que está en marcha, relata el consistorio, en Gijón existen 4.596 plazas O. R. A. frente a un total de 5.519 tarjetas, por lo que la limitación ayudará a tener un "reparto más equilibrado y un uso más racional". Añade que ciudades como Oviedo carecen de tarjeta para residentes en su zona O. R. A., y otras no permiten contar con tarjeta a vecinos que tengan una plaza de garaje.
El otro cambio novedoso es la eliminación del límite de 2 horas para usar la zona azul. La concejalía de Movilidad y Medio Ambiente afirma que era "una obligación que carecía de sentido práctico y que suponía una molestia para los usuarios sin ningún efecto sobre el aparcamiento". Recuerda que la limitación "no implicaba en ningún caso la obligación de cambiar el vehículo ni de plaza ni de zona" y muchos gijoneses renovaban el ticket desde su propio teléfono móvil.
El equipo de gobierno lamenta una polémica que dice no entender porque, afirman, ninguna de estas medidas recibió alegaciones en contra durante el periodo de información pública de la Ordenanza de Movilidad.
Se mantiene la idea de ampliar el número de zonas de aparcamiento regulado, algo que se recogerá en el Plan de Movilidad. El Ayuntamiento estudia la puesta en marcha de una experiencia piloto de zonas O. R. A. verde (de rotación) y naranja (para residentes) en el barrio de Cimadevilla, al tratarse de un casco histórico y ser ya una zona de acceso restringido, lo que facilitaría la implantación de la medida.