La disputa comenzó hace 5 años, y desde entonces las negociaciones han sido complicadas. Les ofrecen 169.000 euros por la casa (terreno aparte). Creen que vale al menos el doble, y si no les pagan un precio justo no están dispuestos a irse. Porque además, asegura Felipe, el proyecto de construcción de viviendas de lujo puede acometerse igualmente aunque no se vayan. Pero Felipe acusa a la promotora de haber modificado el proyecto para que parezca que sí es necesario que se vayan.
El resto de propietarios de la zona se ha ido porque, afirma Felipe, nadie más tenía una casa como tal. Eran huertos básicamente. Sus padres no quieren irse, y desde que comenzó todo esto han padecido importantes problemas de salud.