Estas son las carreras más difíciles, según Oxford. ¿En qué puesto está la tuya?
El estrés en el trabajo es una constante, pero ¿qué profesiones realmente lo llevan al límite? Según la Universidad de Oxford, algunas carreras parecen tener la receta perfecta para la presión, y son más de las que imaginas.
Madrid |
¿Qué pesa más: un bisturí o un libro de leyes? ¿Un algoritmo perfecto o una ecuación infinita? La eterna batalla entre carreras difíciles ha encontrado un juez imparcial: la Universidad de Oxford. Y el veredicto es tan intrigante como polémico.
Si alguna vez has debatido con tus amigos cuál es la profesión más exigente –y te has llevado el título de mártir por estudiar medicina o ingeniería–, este ranking es para ti. Pero, ¿y si resulta que esas horas de desvelo no son tan exclusivas de tu carrera como creías? Prepárate para descubrir qué profesiones llevan la corona del estrés… y cuáles apenas se despeinan.
La eterna rivalidad: ¿ciencias o letras?
¿Quién no ha escuchado una conversación entre estudiantes intentando demostrar que su carrera es la más difícil? Desde los eternos desvelos de los futuros médicos hasta los quebraderos de cabeza de los ingenieros con sus fórmulas, pasando por los literatos defendiendo la profundidad de sus análisis críticos. Este debate, tan antiguo como la universidad misma, ha encontrado un curioso árbitro: un ranking elaborado por la Universidad de Oxford que pone en perspectiva cuáles son las carreras más estresantes del mundo académico.
Pero, ¿qué hace que una carrera sea "difícil"? ¿Es el volumen de temario, la presión inherente a la profesión o los entornos laborales donde se desempeña? En este ranking no sólo se considera la carga de trabajo, sino también factores como el estrés emocional y la responsabilidad asociada a cada carrera.
Los gigantes del estrés: medicina, ingeniería y ciencias puras
En la cima del ranking se encuentran carreras que no dejan lugar a la improvisación. Medicina ocupa el primer puesto con una razón más que justificada: quienes se dedican a esta profesión tienen en sus manos la vida de las personas. El camino para convertirse en médico está plagado de interminables jornadas de estudio, prácticas en hospitales y una presión constante por mantenerse actualizados en un campo donde los avances son vertiginosos.
Le siguen de cerca las ingenierías, que copan varios de los primeros puestos. ¿Por qué son tan estresantes? En estas disciplinas, la precisión es vital. Un ingeniero mecánico no puede permitirse un error en un diseño de maquinaria, del mismo modo que un ingeniero civil debe garantizar la estabilidad de un puente. Añadamos a esto las exigencias académicas: proyectos complejos, cálculos interminables y, en muchos casos, una capacidad de innovación constante.
Las ciencias puras como física, matemáticas y química también ocupan lugares destacados. Estas disciplinas demandan un pensamiento lógico extremo y una habilidad para resolver problemas abstractos, lo que las convierte en campos donde el estrés mental puede ser abrumador.
Derecho y arquitectura: responsabilidad y creatividad bajo presión
Aunque no suelen aparecer en el imaginario colectivo como "carreras de alto riesgo", derecho y arquitectura tienen una complejidad particular. Los estudiantes de derecho deben memorizar y comprender leyes, pero también aprender a argumentar y pensar estratégicamente en un sistema legal que cambia constantemente. Es una batalla permanente contra el tiempo y las lagunas de conocimiento.
Por su parte, los arquitectos no solo diseñan edificios. Cada proyecto es un equilibrio entre creatividad, funcionalidad y viabilidad técnica. Además, el impacto de sus errores puede ser devastador, desde un diseño ineficaz hasta una estructura insegura.
Las ciencias emergentes: inteligencia artificial y ciencia de datos
En un mundo digitalizado, las carreras de inteligencia artificial, ciencia de datos y ciencias de la computación se han convertido en pilares fundamentales del mercado laboral, pero también figuran entre las más desafiantes y estresantes. Estas disciplinas abordan problemas inéditos, desde entrenar algoritmos de aprendizaje automático hasta analizar grandes volúmenes de datos, lo que exige una capacidad de innovación constante y habilidades técnicas avanzadas.
El carácter emergente de estas ciencias coloca a los profesionales frente a retos sin precedentes, como garantizar la ética en los sistemas de IA o evitar sesgos en los datos. Además, el ritmo acelerado de la industria tecnológica, los plazos ajustados y un entorno competitivo aumentan significativamente la presión.
A esto se suma la necesidad de actualización continua, ya que los avances en tecnología y herramientas hacen que el conocimiento quede obsoleto rápidamente. Esta dinámica obliga a los estudiantes y profesionales a dedicar tiempo adicional al aprendizaje, incrementando el desgaste mental.
A pesar de la alta remuneración y prestigio asociados a estas profesiones, las jornadas largas y las expectativas elevadas generan un nivel de estrés considerable. Sin embargo, el impacto transformador de estas disciplinas en la sociedad, desde la personalización de tratamientos médicos hasta la lucha contra el cambio climático, subraya su importancia en el presente y el futuro. Quienes opten por estos campos deben equilibrar su ambición profesional con estrategias para cuidar su bienestar emocional.
Estas son las 50 carreras más estresantes según la Universidad de Oxford
El ranking de las 50 carreras más estresantes, publicado en febrero de 2024, considera, además de la carga de trabajo y la responsabilidad propia de cada profesión, el entorno laboral, las condiciones en las que se desempeñan los profesionales y el impacto emocional que estas tienen en su día a día. A continuación te dejamos el listado completo:
1. Medicina
2. Física
3. Ingeniería Mecánica
4. Ingeniería Eléctrica
5. Ingeniería Civil
6. Ciencias de la Computación
7. Matemáticas
8. Ingeniería Química
9. Química
10. Ingeniería Biomédica
11. Arquitectura
12. Derecho
13. Bioquímica
14. Enfermería
15. Ciencias Ambientales
16. Astronomía
17. Economía
18. Ciencia de Datos
19. Inteligencia Artificial
20. Medicina Veterinaria
21. Microbiología
22. Neurociencia
23. Finanzas
24. Contabilidad
25. Filosofía
26. Ciencia Política
27. Geología
28. Lingüística
29. Antropología
30. Sociología
31. Psicología
32. Relaciones Internacionales
33. Criminología
34. Trabajo Social
35. Educación
36. Literatura
37. Historia
38. Comunicación
39. Administración de Empresas
40. Marketing
41. Periodismo
42. Relaciones Públicas
43. Artes Escénicas
44. Bellas Artes
45. Diseño Gráfico
46. Música
47. Agricultura
48. Diseño de Interiores
49. Diseño de Moda
50. Gestión Hotelera
El estrés no es exclusivo de los primeros puestos
El estrés no es exclusivo de las disciplinas que lideran el ranking de carreras más desafiantes. Aunque las primeras posiciones están dominadas por campos "tradicionalmente difíciles" como medicina, ingeniería o física, otras profesiones también enfrentan sus propios retos significativos, aunque desde una perspectiva distinta.
Por ejemplo, el periodismo, situado en el puesto 41, es un claro caso de una carrera que, a pesar de no figurar entre las más estresantes, presenta desafíos únicos. Los periodistas a menudo trabajan bajo plazos extremadamente ajustados, lo que genera una presión constante por entregar información precisa y oportuna. Además, deben mantener un delicado equilibrio entre objetividad y narrativa, todo mientras enfrentan, en ciertos casos, riesgos físicos y emocionales al cubrir conflictos bélicos, desastres naturales o situaciones de alto impacto social.
Por otro lado, las carreras artísticas como música, diseño gráfico o diseño de moda, que aparecen en los últimos lugares del ranking, tampoco están exentas de tensiones. En estas profesiones, el estrés no proviene de cálculos complejos o largas jornadas académicas, sino de desafíos más subjetivos: la constante búsqueda de inspiración, el enfrentamiento con bloqueos creativos y la necesidad de cumplir con las altas expectativas de clientes o audiencias. Además, los profesionales del arte suelen lidiar con mercados laborales altamente competitivos, donde destacar implica un esfuerzo continuo por innovar y reinventarse.
Aunque la naturaleza del estrés varía según la profesión, todas comparten un denominador común: la necesidad de superar obstáculos, ya sea en forma de plazos, creatividad o riesgo. Esto demuestra que el estrés no solo depende de la dificultad técnica de una carrera, sino también del entorno, las expectativas y los recursos emocionales de quienes la ejercen.
El factor humano: ¿qué hace que el estrés sea tan subjetivo?
El factor humano desempeña un papel crucial en cómo se experimenta el estrés, lo que hace que este sea un fenómeno profundamente subjetivo. Aunque el ranking de las carreras más estresantes identifica tendencias generales, la realidad es que cada persona enfrenta la presión de manera distinta.
Para algunos, trabajar bajo presión es un catalizador para la creatividad y el rendimiento, permitiéndoles florecer incluso en los entornos más desafiantes. Por el contrario, otros prefieren contextos laborales más relajados, donde pueden avanzar a su propio ritmo sin sentir el peso constante de las expectativas.
Además, el estrés no solo depende del tipo de carrera o las demandas académicas y laborales, sino también de una serie de factores externos. El apoyo familiar, la estabilidad económica, y las habilidades personales para gestionarla presión y las emociones juegan un papel determinante. Un estudiante con una sólida red de apoyo y recursos para manejar el estrés podría enfrentar con éxito una carrera considerada altamente demandante, mientras que otro sin estas ventajas podría sentirse abrumado incluso en una profesión menos intensa.
En última instancia, el estrés no es solo una cuestión de la carrera elegida, sino también de cómo las personas interpretan, enfrentan y se adaptan a las circunstancias que la vida les presenta. Esta dimensión personal es lo que convierte al estrés en una experiencia tan única para cada individuo.
¿Cómo puedes enfrentarte al estrés universitario y profesional?
El estrés, tanto en la universidad como en la vida profesional, es una constante en muchas carreras, pero no tiene por qué convertirse en un obstáculo insuperable. Con estrategias adecuadas, es posible gestionar la presión y transformar los desafíos en oportunidades de crecimiento personal y profesional. Algunas de las prácticas más efectivas incluyen:
- Organización: la planificación es clave para reducir el caos y aumentar la productividad. Usar agendas, listas de tareas y aplicaciones de gestión de tiempo puede ayudar a priorizar actividades y evitar el agotamiento. Dividir los objetivos en pasos manejables también permite avanzar sin sentir que todo recae al mismo tiempo.
- Técnicas de relajación: incorporar actividades como la meditación, el yoga, la respiración profunda o incluso paseos al aire libre puede reducir significativamente los niveles de ansiedad. Estas prácticas no solo ayudan a calmar la mente, sino que también mejoran la concentración y el bienestar general.
- Apoyo social: hablar con amigos, compañeros o familiares es una forma efectiva de procesar emociones y obtener perspectiva. Compartir las preocupaciones puede aliviar la sensación de carga emocional y reforzar el sentido de comunidad, tan importante en momentos de estrés.
- Aprender a delegar: en el ámbito profesional, confiar en un equipo sólido es esencial para evitar el agotamiento. Delegar tareas no solo reduce la carga, sino que también permite a otros miembros del equipo aportar ideas y habilidades que enriquecen los resultados.
- Establecer límites: es importante aprender a decir "no" cuando las demandas superan la capacidad personal. Reconocer los propios límites y comunicar de manera asertiva las necesidades puede prevenir la acumulación de tareas y responsabilidades.
- Cuidado personal: mantener una dieta equilibrada, dormir lo suficiente y realizar ejercicio regular son pilares fundamentales para manejar el estrés. Un cuerpo sano soporta mejor la presión emocional y mental.
- Desconexión tecnológica: en un mundo hiperconectado, reservar momentos para desconectarse de dispositivos electrónicos y redes sociales es crucial. Leer un libro, practicar un hobby o simplemente disfrutar del silencio puede ser revitalizante.
- Buscar apoyo profesional: cuando el estrés se vuelve abrumador, acudir a un psicólogo o terapeuta puede proporcionar herramientas adicionales para manejar la presión y desarrollar resiliencia emocional.