Dos arqueólogos ponen en duda que Gijón fuese una ciudad romana
Su estudio confronta con el trabajo realizado por otros arqueólogos y que nunca dudaron de la calificación que tuvimos en la antigua Roma.
Hablamos con uno de los arqueólogos que firma el estudio. Entienden que hay argumentos de sobra para ver que Gijón no fue una ciudad romana "como lo fue Lugo". Aunque también tengamos muralla, la nuestra "fue militar", afirman.
En relación a esta información, a través de una nota de prensa, el área de Cultura del Ayuntameinto de Gijón ha hecho varias puntualizaciones:
"En primer lugar, el trabajo manifiesta una mera opinión de los autores basada, no en aportaciones novedosas, sino en la reinterpretación de trabajos ajenos sin mayor sustento argumental que el peligroso recurso a un pretendido principio de autoridad.
Algunas conclusiones resultan particularmente estrambóticas, como la propuesta de vinculación de las termas de Campo Valdés con una villa privada, a pesar de que sus dimensiones resultarían desmesuradas para un asentamiento de ese tipo en este contexto territorial y cronológico (claramente altoimperial).
Desde el punto de vista científico, la relevancia del asentamiento romano de Gijón está plenamente avalada, tanto por los numerosos estudios realizados en la ciudad desde los años ochenta por Carmen Fernández Ochoa, Ángel Morillo y Mar Zarzalejos, catedráticos de arqueología romana de reconocido prestigio, como por trabajos recientes.
En este sentido, en el mismo congreso “Small towns, una realidad urbana en la Hispania romana” en que se presentó el trabajo, especialistas en la materia, extremo que por cierto no se da en los autores del trabajo, como Almudena Orejas, profesora de investigación del CSIC, y Oriol Olesti Vila, de la Universidad Autónoma de Barcelona, tratan el caso del Gijón romano, defendiendo su naturaleza de importante asentamiento en el marco de una civitas rural.
Se alude en esa información a que no se han identificado una serie de infraestructuras, ignorando que no todas las civitates eran iguales, ni todas experimentaron la misma evolución. Los patrones constructivos de un asentamiento como el Gijón romano no requieren de la existencia todas esas infraestructuras públicas que se mencionan (saneamiento, viales, foro, etc), siendo además falso que no existan indicios suficientes de la existencia de muchas de ellas.
En definitiva, la controversia surge de una visión obsoleta y estereotipada de la ciudad y el poblamiento antiguos, enfoque claramente decimonónico, que obvia realidades perfectamente descritas en la historiografía contemporánea y se empeña en asimilar la ciudad antigua a la presencia de determinados edificios".