Albarracín fue el municipio más afectado por las fuertes tormentas que descargaron ayer por la tarde en la provincia. Las calles se convirtieron en ramblas que arrastraban una importante cantidad de sedimentos e impedían la circulación normal de las personas. Los huertos se vieron arrasados y en parques y jardines algunos árboles también cayeron al suelo. Incluso el enfoscado de algunas fachadas se desprendió debido a la intensidad de las precipitaciones.
Además, hubo que cortar un carril de la carretera A-1512, que une Teruel con la sierra.
La tormenta también provocó inundaciones en muchas viviendas, aunque lo peor se lo llevó la residencia de mayores, donde viven cincuenta personas. El agua alcanzó el comedor y la sala de la televisión, por lo que los residentes tuvieron que ser trasladados a otra zona del edificio.
Las brigadas municipales continúan hoy valorando todos estos daños y extremando las labores de limpieza en el casco histórico. El alcalde de Albarracín, Michel Villalta, ha destacado que en décadas no habían vivido una situación igual.