La encuesta remitida a los docentes aragoneses para responderla voluntariamente ha obtenido una sorprendente participación, según la responsable de Educación de CSIF, Mónica de Cristóbal, quien asegura que no esperaban recibir los más de 500 formularios que han sido respondidos, algo que indica, según De Cristóbal, que había una gran necesidad de expresar su malestar.
Se quejan de la carga burocrática, de constantes cambios en las medidas de seguridad sanitaria o de la incertidumbre por el proceso de vacunación. Sobre su día a día, el 41% de los encuestados coinciden en un aumento de comportamientos disruptivos en el aula y el 14% asegura haber recibido insultos y amenazas por parte de alumnos y familias.
Además, el 44% afirma que su alumnado muestra más desinterés con el resultado de sus evaluaciones; y un 36% señala que la situación provocada por la pandemia ha favorecido que las familias mantengan más contacto telemático con los docentes, algo que se debería considerar positivo, pero que, en muchos casos, ha servido para ejercer presiones sobre los profesores.