¿Qué lleva a una chica de dieciocho años a tener un encuentro sexual con un joven, besarse y darse la mano en público con él, a presentarse horas después en comisaría para denunciar una violación que podría suponer una pena de entre 4 y 12 años de prisión para el acusado? Es la pregunta a la que ahora deberá responder la joven que en noviembre de hace un año aseguró haber sido forzada en un cuarto de la discoteca situada en la calle Azoque.
Las imágenes de seguridad del establecimiento avalan la versión del acusado, quien se presentó voluntariamente en comisaría cuando supo que la policía le estaba investigando, según explica su abogado Marco Navarro, y pasó una noche en el calabozo. El joven defendió su inocencia en todo momento y aseguró que la relación existió, pero fue consentida.
La chica aseguró ante la Policía que el joven, al que no conocía, la emborrachó con chupitos de tequila (en el video sólo se toma uno), la introdujo en un cuarto del local contra su voluntad y la obligó a bajarse los pantalones para forzarla. Las imágenes, explica el letrado, muestran a ambos jóvenes besándose, entrar al almacén y salir minutos después cogidos de la mano, cuando ella declaró haber salido tras la violación. El abogado también ha explicado que valoran querellarse contra la denunciante por simulación de delito.