Huesca | 27.05.2021 11:42
Han pasado 102 años y cuatro generaciones. La Pastelería Ortín de Huesca comenzó su andadura en 1919 cuando Antonio Ortíz cogió el traspaso del Horno Artasona, situado entonces en el Coso Alto 37. Tan sólo hacía pan. Fue su hijo Jesús quien introdujo la repostería. Y el negocio fue creciendo hasta que tuvieron que trasladarse a los Porches de Galicia.
El nieto de Antonio, también llamado Jesús, siguió con el negocio familiar, innovando y buscando nuevos productos, de echo, fue el creador de la famosa “Corona de San Vicente”. Sus hijos, Fernando y Ana, continuaron con el negocio, preparándose y especializándose para ofrecer los mejores productos.
Su escaparate era parada obligada para ver los montajes que anunciaban la Semana Santa con sus cofrades o el verde y blanco de los San Lorenzo, y también en Navidad con su espectacular Belén. Entre los productos que siempre quedarán en la memoria de Pastelería Ortíz: las castañas de mazapán, las pajaritas, las glorias o la Corona de San Vicente.