El coronavirus va a condicionar el curso por tercer año consecutivo, aunque muchas restricciones se han flexibilizado. En la puerta de los colegios, muchas caras de sueño, lágrimas y sonrisas por volver a ver a los compañeros. Algunos niños están contentos por este regreso, pero otros no tanto. Más satisfechos están los padres porque pueden recuperar las rutinas sin tener que estar pendientes de sus hijos.
Para el Departamento de Educación este curso es el de la transición hacia la normalidad. Insisten en que los colegios son lugares seguros porque el 3% de los contagios tienen su origen en las aulas frente al 20% que se producen fuera de los centros. La principal novedad en los protocolos es que los alumnos de Secundaria y Bachiller que estén vacunados no tendrán que aislarse si tienen contacto con un positivo. Además, los colegios recuperan espacios como las bibliotecas, los gimnasios o las salas polivalentes. El uso de la mascarilla será obligatorio en el interior y el recreo por la interacción entre los alumnos. El consejero de Educación, Felipe Faci, señala que el curso 2021- 2022 arranca con más tranquilidad por el avance en el proceso de vacunación.
El curso ha comenzado con pequeñas protestas en colegios donde no han concluido las obras o quedan trabajos por concluir. Por ejemplo, la AMPA “Piratas” del colegio Soledad Puértolas de Valdespartera de Zaragoza se ha concentrado para reivindicar la licitación de la segunda fase de Primaria. De momento, los alumnos de esa etapa empiezan el curso distribuidos en nueve barracones, porque no han terminado las obras del pabellón polideportivo, en el que está previsto se habiliten cuatro aulas. Critican que Educación no cumple sus promesas.