Miguel Linares, le ha contado a Rafael Feliz su gran decepción de no poder ascender al Real Zaragoza, como le hubiera encantado, pero sí vivió su ilusión desde niño, vestir la camiseta del equipo de su tierra y no acaba de poder explicar lo que se siente.
Miguel siempre ha sido un chico humilde que ahora deja el fútbol a sus 38 años, debido a la cantidad de lesiones que le han obligado a decir "basta". A partir de ahora comienza una nueva vida, muy diferente a la que hasta ahora estaba acostumbrado, lleno de los focos de los medios y de la atención de unos aficionados que siempre lo han tenido como un auténtico ídolo para todos ellos.