Las últimas lluvias suponen un alivio pero no son suficientes para revertir la situación hídrica. Los embalses de la cuenca del Ebro tienen ahora mismo 3.430 hectómetros cúbicos de agua, de manera que se encuentran al 43,3% de su capacidad, la cifra más baja de los últimos cinco años. A estas alturas del verano pasado, la reserva de agua embalsada rondaba el 55% de la capacidad global de la cuenca, y en el último lustro, el promedio para estas fechas se ha situado en el 59%. En la capital oscense la situación sigue siendo preocupante. Aunque la ciudad tiene el abastecimiento de agua de boca asegurado, el Ayuntamiento ha limitado parcialmente su consumo y se sigue haciendo un llamamiento a la responsabilidad de los oscenses para evitar el consumo innecesario de agua.