Partidazo de los canteranos

Ruibal y Rodri se graduaron ante el Madrid

Los canteranos del Betis Aitor Ruibal y Rodri Sánchez, cada uno en lo suyo, le dieron la razón a su valedor, el técnico Manuel Pellegrini, con su despliegue en el empate ante el Real Madrid en el Villamarín (0-0), en el que presentaron cartas credenciales de embajada de primera al hacer que nadie pudiera echar de menos al francés Nabil Fekir y Sergio Canales, ni un resquicio hubo.

EFE | Onda Cero Sevilla

Sevilla | 06.03.2023 13:04

Rodri trata de zafarse del agarrón del madridista Antonio Rüdiger, durante el partido que enfrentó a ambos equipos en el Benito Villamarín. | EFE/Julio Muñoz

El de Talayuela (Cáceres) en el lugar del galo, en el centro de la mediapunta, y el de Sallent de Llobregat (Barcelona) como interior diestro por delante del senegalés Youssouf Sabaly, ambos futbolistas fueron clave en el punto de peso logrado por los verdiblancos ante los de Carlo Ancelotti y se volvieron a reivindicar como esa clase A que Pellegrini rechaza con vehemencia.

Los dos son por derecho propio jugadores del primer equipo verdiblanco desde la llegada del entrenador de Santiago, aunque situaciones diferentes han podido hacer que su papel no haya cobrado el relumbrón de otros futbolistas llegados de fuera, como es habitual en los canteranos, que siempre tienen que remar más.

En el caso de Ruibal, que no paró de correr, de tapar, de cubrir la banda del brasileño Vinicius Junior hasta que fue sustituido en el 87 por Joaquín Sánchez, sigue dando aldabonazos desde su estajanovismo y polivalencia, no en balde el chileno lo ha usado de lateral diestro, de interior y de mediapunta en los diecinueve encuentros en los que lo ha alineado ene sta temporada.

A pocos días de cumplir 27 años, el interior catalán, con contrato hasta junio de 2025, está plenamente consolidado y ha disipado con su esfuerzo y despliegue físico no exento de calidad las dudas que suelen acompañar a los canteranos desde que salen de abajo y también cuando regresan de cesiones para foguearse con tintes de eufemismo.

Ése fue el caso de Ruibal, quien llegó a la disciplina verdiblanca en 2015 para enrolarse en el Betis Deportivo, regresó al Villamarín en 2020 tras una fructífera cesión de un año en el Leganés tras otros préstamos anteriores en el Cartagena y el Rayo Majadahonda después de debutar en el primer equipo bético en 2017.

Caso análogo es el de Rodri Sánchez, quien llegó a la cantera verdiblanca en 2016 en edad juvenil después de haber pasado por las del Real Madrid, Espanyol, Atlético de Madrid, Barcelona y Deportivo de La Coruña, y que también es 'obra' de Pellegrini al subirlo al primer equipo y hacerlo debutar en el Nou Camp en noviembre de 2020.

El cacereño, de 23 años, es otro corte de jugador como demostró ante el Real Madrid al ponerse galones en el sitio del lesionado Fekir, quien se perderá lo que queda de temporada por una lesión den los ligamentos cruzados de la rodilla de la que ha sido operado, y que agarró con argumentos la camiseta de titular que le dio el chileno.

El mediapunta extremeño, de los de tren bajo, pelota pegada al pie, bajar a recibir, subirla con criterio y ver espacios para otros hay sólo opacidad, ha tenido una trayectoria marcada por lesiones que han lastrado su proyección aunque no han impedido que siga teniendo la proyección de sus inicios, la que le llevó a la selección sub-21 de Luis de la Fuente.

Atado por el Betis con un contrato hasta 2026, Rodri jugó una veintena de partidos en la 2020-2021, una treintena en la siguiente y lleva diecisiete en la actual, en la que ha marcado dos goles y en la que, pese a los altibajos físicos, ha llamado con fuerza a las puertas de la titularidad y tenido actuaciones decisivas como la que protagonizó en la victoria verdiblanca ante el Almería (2-3) y el empate ante el Real Madrid.

Aunque el entrenador de Santiago insistió en que no hay equipo A y B y en la competitividad de los suyos, tuvo palabras de reconocimiento para los dos canteranos que le dieron al duelo ante los madridistas impronta de ciudad deportiva junto al lateral zurdo Juan Miranda, hasta que fue sustituido por el brasileño Abner Vinicius en el 87 cuando se había vaciado como Aitor Ruibal.

"Siempre faltan jugadores por distintos motivos y los que están en condiciones tienen que sacarlo adelante. Me alegra la actuación de Aitor y Rodri", dijo Pellegrini de sus dos pupilos de la cantera tras el aldabonazo que ambos dieron ante los 52.212 espectadores que había en el Villamarín: él los conoce de sobras y por eso los pone.