Desde que abrió sus puertas en 1963 hasta hace unos años cuando dejó de prestar el servicio que ofrecía, la Residencia de Tiempo Libre de Marbella ha sido un símbolo más de la ciudad. Con su protagonismo en la industria turística valdría. Pero es que además, el complejo presumía de prestancia arquitectónica, tanta que está inscrito en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz desde 2006.
Ahora ha llegado a su fin, al menos como lo que fue. La Junta de Andalucía decidió hace tiempo cerrarla, junto a otras similares, definitivamente. No es rentable. No son rentables. En la oposición denuncian al Ejecutivo andaluz de querer privatizar espacios públicos. En el PP responden que las residencias llevaban años abandonadas estando el PSOE al frente del Gobierno regional. Vamos, lo de casi siempre.
Alfonso Olaso
Marbella |
La Residencia de Tiempo Libre de Marbella empezó a construirse a finales de los años 50. Pertenecía entonces al grupo de instalaciones de la Obra Sindical Educación y Descanso. Y empezó a acoger a un tipo de veraneantes en 1963. Nada más nacer, apuntaba maneras, según ha explicado el exalcalde marbellí y ex director general de Turismo de Andalucía, José Luis Rodríguez.
Eran 235 casas o bungalós. Estaban concebidos para que el recinto no se pareciera a un hotel más aunque tenía ciertas similitudes como el régimen de estancia de los viajeros.
¿Y a qué tipo de veraneantes nos referíamos? ¿A qué visitantes estaba destinada? Por aquel entonces se les llamaba “productores”. Traducido al lenguaje popular actual, serían “obreros” o “trabajadores”, vocablos prohibidos en la dictadura. La Residencia era, en definitiva, para los menos pudientes.
Así fueron sus inicios. A mediados de los años 80, con la democracia en España, pasó a depender de la Junta de Andalucía, después de haber estado dirigido desde el Ministerio de Trabajo.
Siguió siendo un referente para esos turistas durante las dos siguientes décadas, pero poco a poco empezó a perder presencia. Francisco Sánchez fue presidente del comité de empresa entre 2019 y 2023, cuando ha cerrado definitivamente. Y según ha explicado, ya se olían que iba a suceder algo extraño desde hacía tiempo.
Todos los trabajadores se empezaron a concentrar en la puerta de la propia Residencia en señal de protesta por el poco cuidado que recibía. Incluso hicieron algún viaje a Sevilla pero, ha lamentado Sánchez, no consiguieron que algún responsable autonómico les atendieran y mucho menos les dieran información.
El tema, claro está, se ha trasladado a la escena política si es que no lo estaba. Y el PSOE, en Marbella, dando por hecho que la decisión de la Junta es inamovible, ha pedido, por boca de su portavoz Isabel Pérez, que sirva para favorecer el acceso a la vivienda en el municipio, ahora que está tan cara.
La formación ha presentado una moción al respecto al último Pleno que no ha contado con el apoyo del Partido Popular, porque, como ya había advertido la alcaldesa, Ángeles Muñoz, ni es un lugar para ese fin, ni está el PSOE en condiciones de exigir algo al respecto de la Residencia de Tiempo Libre.
La Junta de Andalucía Sea quien sea el responsable, el caso es que ya hay un símbolo menos en Marbella.