El Granada Cf mereció ayer la victoria ante el Getafe CF, que sigue siendo el farolillo rojo de la primera división, por ocasiones generadas. Además del gol sobre la bocina de Jorge Molina, los rojiblancos pudieron marcar por mediación de un cabezazo a la madera de la escuadra de Antonio Puertas, una incursión en el área de Sergio Escudero o también mediante la gran ocasión del partido, un penalti enviado a las nubes por Luis Suárez.
Es cierto, pero el juego del cuadro granadino es discontinuo y no agobia en ningún momento al contrario, por flojo que este sea, salvo al final del encuentro, cuando el técnico comenzó a acumular gente arriba.
Ayer los de Robert Moreno, que volvió a ser coreado desde la grada, no tuvieron intensidad en el juego y estuvieron a punto de perder un encuentro crucial para su futuro, si no es porque en el minuto noventa y seis Jorge Molina, en plan salvador, conectó un fenomenal cabezazo, que deja a su equipo, aunque por poco, fuera del descenso.