Un estudio retrocede 12 millones de años para explicar cómo se diversificaron las leguminosas por las regiones tropicales
Un trabajo internacional analiza la de distribución del 'Pterocarpus', un género de plantas con más de 40 especies descritas
El género Pterocarpus pertenece a las familias de las leguminosas. Con más de 40 especies descritas, sus plantas, que comparten familia con guisantes y garbanzos, pueden alcanzar los 40 metros de altura. Pero si por algo se conoce a este género es por el interés comercial que despierta la madera noble de sus árboles, algunos de ellos en peligro de extinción debido, entre otros factores, al tráfico ilegal.
Desde que los primeros ancestros del grupo comenzaron a poblar ciertos lugares de África y Sudamérica, a lo largo de la historia este género de plantas ha conseguido establecerse por todas las regiones del trópico. Conocer cómo y por qué se ha dispersado este grupo ha sido el objetivo de un nuevo trabajo internacional en el que ha participado la Universidad de Córdoba, y cuya principal conclusión es que, precisamente, fueron los cambios climáticos del pasado los que facilitaron la diversificación de este género de plantas.
Para ello, la investigación ha retrocedido más de 15 millones de años, una época, el Mioceno, en la que varios cambios modificaron el clima del planeta. El hecho de que estas variaciones climáticas se produjeran de forma paulatina propiciaron que los antepasados del grupo se adaptaran a distintas condiciones. De esta forma, se abrió el camino para que sus descendientes se introdujeran en nuevos hábitats como los bosques húmedos o las sabanas, a pesar de provenir de climas secos, y emprendieran así una conquista tropical planetaria que duraría millones de años.
"A diferencia de lo que está ocurriendo en la época actual, en la que los seres vivos no están teniendo tiempo de adaptarse a un cambio climático que estamos acelerando, en el Mioceno esta variación se produjo en una escala temporal amplia, por lo que las plantas pudieron aclimatarse a nuevos entornos", subraya el investigador del Departamento de Botánica de la Universidad de Córdoba Manuel de la Estrella, uno de los autores de la investigación.
"Nuestra hipótesis de partida -destaca el profesor- fue que esta diversificación a gran escala por todas las regiones tropicales del planeta se debió fundamentalmente a los distintos tipos de frutos del género, adaptados para la dispersión bien través del aire, o de las masas de agua, incluyendo los océanos". Sin embargo, según los resultados de la investigación, estos eventos ocurrieron de forma muy puntual. "Se produjeron dispersiones singulares y, tras ellas, diversificaciones en nuevos lugares a los que las plantas pudieron acondicionarse. La diversificación por todos los trópicos, por lo tanto, no se debe tanto a la capacidad de dispersión del grupo, tal y como pensábamos en un primer momento, sino a su capacidad de adaptación" concluye Manuel de la Estrella.
- El punto de partida: hace 12 millones de años
El grupo de investigación ha podido fijar la fecha clave en la que este grupo de plantas comenzó a diversificarse, unos 12 millones de años atrás, un dato ya planteado anteriormente pero que ahora se refuerza gracias a la técnica conocida como el 'reloj molecular', que permite datar la divergencia entre especies deduciendo el tiempo transcurrido a partir de las diferencias entre las secuencias del ADN. Para ello, el equipo ha secuenciado genes del núcleo de las plantas y ha elaborado un árbol filogenético de todo el grupo, una especie de árbol genealógico familiar que muestra las relaciones evolutivas entre las especies que tienen un linaje común.
El estudio, de esta forma, aporta nuevas pistas sobre los patrones de diversificación en zonas tropicales e incrementa el conocimiento de lo que se conoce como biogeografía, la disciplina que estudia la distribución de los seres vivos en el tiempo y el espacio y, en resumen, explica por qué un ser vivo vive en un determinado lugar.