Cádiz se volcará con la implantación de la Zona de Bajas Emisiones en 2023
Se prevé instalar 33 puntos de control de acceso en Casco Histórico y Paseo Marítimo, así como 9 puntos de control y aforo en la entrada a la circunvalación del Casco y en los accesos a la ciudad
El Ayuntamiento de Cádiz, a través de la Delegación de Urbanismo y Movilidad, ha elaborado un proyecto que tiene como objetivo reducir los Gases de Efecto Invernadero (GEI) y las partículas contaminantes a la salud (NOx, Pm5, Pm10) que se producen en la ciudad. Esta iniciativa pretende seguir la línea de coherencia con los compromisos adquiridos en el Pacto de los Alcaldes por el Clima, la Ley de Transición Ecológica y el propio Plan de Movilidad Urbana Sostenible de la ciudad. En este proyecto, que irá con cargo a los Fondos Next Generation por un valor de 2.329.000 euros, se prevé instalar 33 puntos de control de acceso en Casco Histórico y Paseo Marítimo, así como nueve puntos de control y aforo en la entrada a la circunvalación del Casco y en cada entrada de la ciudad. Según informe del año 2021 del Ministerio para la transición Ecológica sobre el Perfil Ambiental de España 2020, el Sector transporte por carretera genera el 26,9% de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero de España, y es responsable del 6,7% de las emisiones de partículas finas PM2,5 (el 7,3%, si se considera el total de partículas en suspensión, TSP), y del 30,6% del total de emisiones de NOx a la atmósfera. Estos porcentajes aumentan significativamente cuando se trata de las zonas urbanas.
En base a esto, el concejal de Movilidad, Martín Vila, sostiene que “es preciso estar a la altura del reto climático que tenemos como sociedad, reducir las emisiones que el tráfico a motor genera en nuestra ciudad, pero a su vez, que este proyecto de Zona de Bajas Emisiones sea un aliado en la estrategia de peatonalización para hacer del espacio urbano más amable”. Para el edil, se trata de disminuir el tráfico “para reducir las emisiones pero también el ruido, mejorar la seguridad vial y generar espacios amables para el peatón”. Con respecto a los lugares especificados, la zona de Casco Histórico y Paseo Marítimo, se ha determinado su control “por ser las dos zonas que en los últimos años han avanzado en esta estrategia, con esta herramienta de control ya precisa se podrá peatonalizar el total del casco histórico”. Esto significa que sólo tendrá acceso el tráfico de necesidad: personas usuarias garaje, residentes con zona verde, mercancías en el horario establecido, servicio público y vehículos de emergencias. Además, con el control en los accesos se podrán tomar medidas accesorias también encaminadas a reducir las emisiones, o incluso de control de tráfico en determinados eventos. “Se ha demostrado con las medidas que hemos adoptado en este mandato, que han mejorado el espacio urbano, la calidad estancial y revitalizando precisamente zonas que así lo necesitaban”, según Vila.
El proyecto, además de la instalación de los puntos de control antes mencionados, recoge la señalización horizontal y vertical necesaria, así como plataformas para la implantación de este servicio: Gestión, Comunicación y Formación. Para la definición de los accesos a las Zonas de Bajas Emisiones se ha convocado la Mesa de Movilidad para el próximo miércoles, 23 de noviembre, con objeto de debatir sobre el contenido de la Ordenanza Reguladora de la Zona de Bajas Emisiones. Del mismo modo que la Modificación de la Ordenanza de Circulación o la Ordenanza de Estacionamiento Regulado, desde el Ayuntamiento se dará participación al tejido social al efecto de que el texto se mejore con sus aportaciones. Esta iniciativa se suma al Proyecto de Peatonalización de Candelaria –ya en licitación-, al Sistema Público de Bicicletas y al de Proyecto de Mejora de Paradas de Bus Urbano, por el que el Ayuntamiento obtuvo más de 4 millones de euros de los Fondos Next Generation.