Los efectos de los episodios de fuertes lluvias son conocidos en la provincia de Cádiz y en otros puntos de nuestro país. Los sucesivos problemas que hay en la zona rural de Jerez o la terrible riada de Chiclana del 19 de octubre de 1965 perviven en la memoria de los gaditanos y gaditanas. A ese recuerdo ahora se suma la devastación que ha tenido lugar en la Comunitat Valenciana, Castilla la Mancha y en menor medida en Andalucía, pero que ha vuelto a poner sobre la mesa el debate sobre el uso del territorio y la necesaria implementación de medidas para evitar las inundaciones.
La Junta de Andalucía ha finalmente atendido las peticiones del Ayuntamiento de Chiclana y pondrá en marcha un sistema de alerta contra inundaciones del río Iro en 2025. Pero los expertos sobre agua creen que hay otras medidas que se pueden tomar en toda España para evitar estos episodios que siempre se han producido pero cuya virulencia ha aumentado. La Fundación Nueva Cultura del Agua es una entidad ibérica compuesta por expertos que analiza y reflexiona sobre los usos que tenemos en las infraestructuras hídricas. Uno de sus miembros es Antonio Figueroa, experto ambientólogo que dirige el Estudio 'Agua y Territorio' con experiencia en planificación hídrica.
En una entrevista en el programa Más de Uno Bahía de Cádiz, Figueroa ha señalado a la necesidad de que los ríos recuperen sus espacios además de reubicar viviendas situadas en zonas inundables en 'zonas seguras'. Cree que las lluvias son el mejor ejemplo de que el cambio climático está vigente y que es necesario actuar de manera urgente "para adaptar nuestro estilo de vida a la nueva situación y reducir al mismo tiempo las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero. Algunas actuaciones de adaptacións son costosas y su realización conlleva tiempo, pero es urgente comenzarlas".