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La selección española masculina de waterpolo se queda sin bronce ante Hungría

La selección española masculina de waterpolo cayó (9-5) este domingo en la lucha por el bronce contra Hungría en el último día de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.

EFE | Europa Press

Madrid | 08.08.2021 08:45 (Publicado 08.08.2021 08:43)

La selección española masculina de waterpolo se queda sin bronce ante Hungría | EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

La selección española masculina de waterpolo se queda sin bronce ante Hungría. La selección no pudo romper el maleficio y prolongó la racha de veinticinco años que lleva sin poder subir a un podio olímpico, tras perder este domingo por 9-5 ante Hungría en el encuentro por la medalla de bronce de los Juegos de Tokio.

Sensacional torneo realizado por los de David Martín

Una derrota que dejó sin premio el sensacional torneo realizado por los de David Martín en la capital japonesa, donde España, como ha sido reconocido por propios y extraños, realizó al mejor juego de todos los equipos en la primera fase. Excelencia que España no pudo mantener ni ante la todopoderosa Serbia en las semifinales, ni este sábado ante Hungría en un encuentro por la lucha con el bronce, en el que el conjunto español pago con la derrota su escasa efectividad en las acciones de superioridad numérica.

Y eso que España no desaprovechó la primera ocasión de la que dispuso de un jugador más para adelantarse con un gol de Alberto Munarriz en el marcador (0-1). Un gol que llegó fruto del buen trabajo colectivo de conjunto español, que como recalcaron sus integrante en la previa, tenía que imponer su rico juego de equipos a las deslumbrantes individualidades de la selección húngara si quería tener alguna opción de ganar. Algo nada sencillo, ya que si España debía armarse paciencia para encontrar con sus combinaciones la manera de superar a la defensa de Hungría, a los magiares les bastaba con los chispazos de jugadores como Ktisztian Manhercz para anotar gol.

Una lucha de estilos que mantuvo igualado el marcador durante todo el primer parcial, que se cerró con empate 3-3 tras un gol en los segundos finales del húngaro Balasz Harai. Tanto que llegó como todos los que anotó Hungría en el primer parcial en superioridad numérica, que no desaprovechó ninguna de las tres exclusiones con las que fue castigado el equipo español. Una eficacia que comenzó a convertirse en un quebradero de cabeza para España, que no era capaz de contener a los magiares cada vez que disponían de un jugador más.