Los hombres de Gabi Hernández estuvieron muy desacertados en ataque y lo pagaron con la derrota. Entre los dos primeros cuartos tan solo marcaron un tanto, obra de Willy Molina a 2.51 para el intermedio.
Grecia, sin hacer nada del otro mundo, llevó siempre la iniciativa y tuvo el control. El 3-1, obra de Vlachopoulos, elevó la distancia que nunca pudo ser enjugada por España, que como máximo se situó a un gol tras goles de Alberto Munárriz y el propio Molina, este de penalti (3-2 y 4-3).
No tuvo continuidad el esbozo de reacción del cuadro hispano y en un visto y no visto Grecia, bronce en los últimos Mundiales de Kazan, se situó con un incontestable 7-3 con goles de Mylonakis, Afroudakis y Delakas.
Quedaba más de un cuarto y parecía todo resuelto. Ni un tanto aún en el tercer periodo de Molina, ni las superioridades, ni las paradas de Iñaki Aguilar, que reemplazó a Dani López Pinedo, dieron aires de remontada al partido.
No porque los españoles no lo intentaran, que lo hicieron, sino porque los helenos respondieron con eficacia cuando Albert Español y Alberto Munárriz volvieron situar la diferencia en dos tantos. No dieron opción.
Grecia, por lo tanto, luchará por el quinto puesto ante Hungría, que vapuleó por 13-4 a Brasil, rival de la selección española por el séptimo.