De los 60 puntos disputados, ha cedido nada más dos, por el empate con el Manchester United del pasado 20 de octubre. También ha ganado sus once choques en casa en el torneo. Y ha vencido sus 18 encuentros ligueros más recientes como local. Son los datos irrebatibles del mejor conjunto inglés de esta campaña.
Y del actual campeón de Europa, que aguarda en febrero al Atlético de Madrid en los octavos de final de la Liga de Campeones y que cerró otra jornada navideña en Inglaterra sin sorpresas. Ganó como se esperaba al Sheffield United. Su dominio fue total. No
permitió apenas nada en ataque de su adversario, casi inédito ante Alisson, que cumplió 50 partidos en la Premier, hasta el tramo final, ya con 2-0.
No dio margen a la duda en Anfield. Al borde de los tres minutos y medio, ya había marcado el 1-0. Hasta la fortuna le acompaña al Liverpool. Porque el envío en largo del imponente Van Dijk a la
carrera de Robertson iba bien dirigido, pero el resbalón en su carrera hacia atrás de Baldock dio unas facilidades que no desaprovecha un equipo de tal nivel.
El centro lo remató Salah, goleador certero y oportuno con la izquierda para impulsar una victoria que siempre pareció suya en todo el encuentro, aunque al descanso el marcador era aún de 1-0, entre otras cosas porque el control local sólo se transformó en dos ocasiones más, todas de Salah, repelidas por el portero Henderson.
En cuanto apretó otra vez el acelerador, el Liverpool sentenció el triunfo. En concreto, en el minuto 64, con el 2-0, obra de Sadio Mané tras una pared con Salah, goleador primero y asistente después en otra victoria incontestable del Liverpool, resuelta en sólo tres minutos y medio.