Williams y Unai Simón mantienen viva la lucha por la Champions
Los bilbaínos se impusieron por 0-2 al Getafe en un partido con tres expulsiones.
El Athletic Club, con dos goles de Iñaki Williams, ambos a pase de su hermano Nico, ganó en el Coliseum al Getafe, en un duelo en el que terminó con nueve jugadores por las expulsiones de Yeray Álvarez y Aitor Paredes y en el que también destacó Unai Simón, que acertó a parar un penalti a Mason Greenwood.
Sin Gorka Guruzeta, su máximo goleador, al que dio descanso Ernesto Valverde, el técnico bilbaíno apostó todo su ataque a los hermanos Williams y la apuesta le salió bien. A los 27 minutos, Nico, en el costado izquierdo del ataque, cedió el balón a Iñaki, que dejó correr el esférico y desde la frontal lanzó un disparo cruzado al palo largo de David Soria inalcanzable para el portero madrileño.
El gol dio alas al equipo vasco, que hasta ese momento fue el que más fútbol elaborado intentó proponer a costa de un Getafe que, con más posesión pero a fogonazos, solo inquietó en acciones aisladas de sus jugadores más resolutivos.
Uno de ellos, el británico Mason Greenwood, estuvo cerca de amargar la fiesta del primer gol al Athletic, ya que apenas tres minutos después de la celebración se inventó una jugada individual que terminó con un disparo por bajo al palo izquierdo que despejó con una buena estirada Unai Simón.
El mismo protagonista, Greenwood, volvió a encontrarse con el portero del Athletic nada más comenzar la segunda parte, ya que un disparo que iba a gol lo despejó Unai Simón volando para despejar el balón.
El Athletic no quiso más sustos y, a los cinco minutos de la segunda parte, la conexión entre los hermanos Williams volvió a sorprender al Getafe. Nico recibió un balón en la medular, se marchó de Diego Rico, enfiló la portería rival y puso un centro medido al segundo palo que Iñaki remató a gol sin oposición.
El equipo madrileño vio un rayo de esperanza para la remontada poco después, cuando Yeray cortó un balón con la mano en el centro del campo y fue expulsado, obligando a Valverde a recomponer su esquema táctico.
El Getafe aprovechó la situación para hacerse dueño del balón, adelantar sus líneas y someter al Athletic, que comenzó a sufrir con los acercamientos de su rival, especialmente tras la salida al césped de Juanmi Latasa.
A falta de once minutos para el final del tiempo reglamentario, el partido se le complicó aún más al Athletic tras la expulsión, por doble amarilla, de Aitor Paredes, lo que significó, irremediablemente, que el conjunto vasco se echase atrás.
El equipo madrileño se fue con todo al ataque y pudo recortar distancias con un penalti, decretado por el árbitro al consultar el VAR, tras un balón que tocó en el brazo de Raúl García. Greenwood, desde los once metros, lanzó por bajo a su izquierda y Unai Simón adivinó la trayectoria para despejar el balón.
El fallo fue un mazazo para el Getafe, que aún así trató de recomponerse para seguir asediando a un rival que supo sufrir hasta el pitido final, que llegó tras nueve minutos de tiempo añadido.