‘El Rubi y el Geri’. Una pareja de comisionistas sin complejos
¿Cómo no va a haber conflicto de intereses, Gerard Piqué? Evidentemente que lo hay
Lo único que defienden aquí las partes es la legalidad del cobro de las comisiones. Ya se cuidaron de que la federación no se las pagase directamente a la empresa de Piqué, por supuesto. Aunque las pactaron entre ellos, como demuestran los audios. Que esto ha llegado a través de un jaqueo es la versión federativa, no la versión oficial, porque el periodista de El Confidencial mantiene que los audios salen de la federación. Por tanto, lo que hay son dos versiones.
Ahora bien. ¿Cómo no va a haber conflicto de intereses, Gerard Piqué? Evidentemente que lo hay. Entiendo que la televisión prefiera un Real Madrid-Barça a un Betis-Valencia. Lo que es una vergüenza es que el sueldo del presidente Rubiales dependa de resultados deportivos. Si el Barça es segundo va ganar más. Rubiales va a cobrar más que si el Barça es tercero. Y Rubiales decide sobre el comité de árbitros. Y a un árbitro, aun sin indicación directa, ¿le pesará saber que ‘el Geri y el Rubi’ son amigos a la hora de tomar una decisión? Un árbitro con un sueldo cercano a los 300.000 euros, que dejará de cobrar en caso de que la Federación lo descienda.
Al comité de competición, que cerró sin sanción un expediente abierto a piqué por una rajada contra los árbitros… ¿Al comité le pesaría saber que el ‘Rubi y el Geri’ son amigos para cerrar sin sanción ese expediente? Y con el Andorra… ¿Nadie? ¿Ningún rival puede pensar mal sobre el favor federativo del amigo ‘Rubi’ al amigo ‘Geri’, que es propietario de un club que compite en una categoría controlada por la Federación?
Piqué utiliza su condición de jugador y capitán para negociar el apoyo de AFE, ofreciendo el envío de un vídeo a Aganzo. ¡Ofrece, incluso, un vídeo de Messi! ¿Y no hay conflicto de intereses? O Piqué se piensa que todos somos tontos o él no es tan listo. A Piqué lo defenderán sus amigos, sus trabajadores y sus palmeros, pero nadie puede negar que aquí hay un conflicto claro.
Por no decir que a Arabia Saudí no se fue por expandir el fútbol, ni por mejorar la vida de las mujeres o del colectivo LGTBI. A arabia se fue por dinero, por el dinero que se metieron en el bolsillo ‘el Geri y el Rubi’, una pareja de comisionistas sin complejos.