El portuense dijo que, aunque lamentaba truncar los planes que tenía para el año próximo, había decidido seguir como santo y seña del proyecto que comanda el chileno Manuel Pellegrini.
Pellegrini se congratuló de la continuidad de Joaquín Sánchez, con quien coincidió en su etapa en el Málaga y que, a sus cuarenta años, es uno de los pilares de su proyecto verdiblanco dentro del campo y en el vestuario.
Como guinda al día y a la noche en los que fue la cara y la voz del beticismo, Joaquín Sánchez volvió a coger su capote, con las vueltas con su nombre, y le puso broche de verde y oro a la noche bética en Heliópolis con unos lances que, como anoche en La Cartuja, Curro Romero hubiera hecho suyos.