El Girona se mete en la lucha por Europa
El Girona se marcó este lunes un partido redondo en el Ramón Sánchez Pizjuán, donde ganó 0-2 al Sevilla con goles de Juanpe y el 'Taty' Castellanos y rompió la racha de siete partidos invicto en total del equipo andaluz con José Luis Mendilibar.
En un Ramón Sánchez-Pizjuán casi lleno, dada la ilusión que ha recuperado el sevillismo desde la llegada de Mendilibar, se medían dos equipos igualados a 41 puntos, virtualmente salvados, en buena forma y que querían aprovechar los tropiezos de sus antecesores en la tabla (Rayo, Osasuna, Athletic y Betis) para pugnar por un puesto europeo.
Como ya avisó el día anterior, el técnico vasco refrescó a su equipo, muy cargado de partidos, con cuatro cambios en un once con los argentinos Gonzalo Montiel de lateral derecho y Papu Gómez de mediapunta, el medio senegalés Pape Gueye junto al brasileño Fernando y el extremo Bryan Gil, por Navas, Rakitic, Suso y Lamela. En punta siguió Youssef En-Nesyri.
En el Girona, con muchas bajas, Míchel Sánchez cambió respecto a su triunfo ante el Real Madrid (4-2) a una zaga con tres centrales, entre ellos Javi Hernández, la única novedad en lugar del sancionado Arnau Martínez, con lo que el brasileño Yan Couto se retrasó hasta el lateral diestro. Arriba, Taty Castellanos, autor de los cuatro goles contra los madridistas.
El duelo comenzó con intensidad, con el Sevilla fiel a la filosofía de Mendilibar, apretando cerca del área visitante para forzar pérdidas del rival o aprovechar algún ataque directo, si bien el Girona no cayó en la 'trampa' y sacó el balón casi siempre con limpieza para buscar la visión de Riquelme, la movilidad del ucraniano Tsygankov o el remate de Castellanos.
Fue con un gran gol del central Juanpe Ramírez, con una volea acrobática en el 23 tras superar la marca de Marcos Acuña en un córner botado al segundo palo por Riquelme, lo que cayó como una losa en un Sevilla desequilibrado y ansioso ante el compacto entramado de un Girona que, además, salió muy bien al ataque y rozó otro gol al filo del descanso en un disparo que buscaba la escuadra de Riquelme, una auténtica pesadilla por la izquierda para los locales.
En la reanudación, los de Mendilibar salieron con fuerza a por el empate, que pudo llegar en una volea cruzada de Montiel que se marchó fuera, aunque el equipo catalán siguió defendiéndose bien y generándole muchos problemas a los sevillistas con sus rápidas salidas, como en la que propició el 0-2, a los 55 minutos, al coger a contrapié al cuadro local.
Riquelme, quién si no, progresó con velocidad hacia el área hispalense y se sacó un zapatazo con la derecha que se estrelló en el larguero, tras lo que Miguel recogió en primera instancia el rechace y, tras un fallido intento de despeje de Montiel, el balón le cayó a Tsygankov, quien, generoso, cedió hacia atrás aTaty Castellanos para que hiciera el 0-2, su quinto tanto en una semana y el duodécimo del curso.
Los sevillistas no cejaron en su empeño, atacaron, pero de forma precipitada y sin orden, con demasiadas prisas, lo que favoreció a un Girona que estuvo cerca del tercero con un cabezazo que salió fuera, por poco, de Castellanos y que encontró el premio a su gran partido en el estadio nervionense para llevarse el triunfo y soñar con luchar por Europa.