La situación de Diego Costa es complicada. El delantero de Lagarto no jugó el primer amistoso de su equipo ante el Liverpool por unas molestias en la espalda y, sobre todo, porque estaba pendiente de resolver su futuro. Costa apretó al Chelsea para que aceptara un traspaso al Atlético de Madrid y pidió paciencia a Simeone para que todas las partes pudieran resolver su salida. La relación del jugador con el Cholo es magnífica y lo sigue siendo ahora, a pesar de que no vayan a coincidir de nuevo en el Manzanares. Las conversaciones entre ambos han sido fluidas en las últimas semanas.
Pero Diego Costa sabe que el fichaje de Gameiro le cierra las puertas del club colchonero. Entiende que Gameiro era más barato (tanto el traspaso como el salario) y cree que la entidad presidida por Enrique Cerezo no ha querido dejar pasar la oportunidad de fichar a Gameiro, ya que el Barça también estaba interesado en el ex delantero del Sevilla.
Costa ha quedado en una situación delicada con el club inglés. Antonio Conte está molesto con él, apenas le habla y ayer decidió dejarlo en la grada y que no jugara ante el Real Madrid. El delantero hispano-brasileño no está cómodo en Londres, no le acaba de convencer la vida en la ciudad y, aunque la relación con sus compañeros es buena, no descarta una salida del Chelsea a otro equipo. En ningún caso al Barça, porque no está dispuesto a ser suplente de la MSN. Y tampoco a otro club inglés.