Cerca de medio centenar de aficionados del Valencia insultaron e increparon a los jugadores del equipo que dirige Cesare Prandelli en la ciudad deportiva de Paterna, un recinto que los futbolistas abandonaron escoltados por la policía.
Tras regresar en avión desde San Sebastián, donde el Valencia perdió por 3-2 ante la Real Sociedad, la expedición se dirigió en el autobús a la ciudad deportiva, donde los jugadores tenían aparcados sus coches particulares.
Cuando llegaron al recinto se encontraron con varias decenas de seguidores que insultaron a los jugadores mientras el autobús les metía dentro de la ciudad deportiva. El clima de tensión existente llevó a los responsables del club a pedir que vinieran más policías a la ciudad deportiva y los jugadores esperaron hasta que llegaron los refuerzos para salir, lo que no evitó nuevos insultos.