Los pupilos de Ancelotti reaccionaron a tiempo en Anfield para convertir una noche que iba camino de la humillación en una velada histórica con la enésima remontada en Europa (2-5). Sin embargo, para evitar sustos que amenacen su amplio colchón, los madridistas deben ser intensos desde el pitido inicial, evitando especular con el resultado.
Y es que el contundente triunfo en uno de los feudos más complicados del continente hacía prever que los merengues dejarían atrás las dudas y la zozobra de semanas previas. Sin embargo, a la goleada en Anfield le siguieron dos empates y una derrota, con el Real Madrid mostrando su versión más endeble y menos punzante.
Benzema regresará al once en busca de su mejor versión. El francés estaría acompañado por Vinicius, clave en la ida, y Valverde, mientras Kroos y Modric apuntan a una medular con la duda entre Tchouameni y Camavinga por el pivote.
El 2-5 de la ida dejó la eliminatoria encaminada para el Real Madrid, por lo que el Liverpool deberá luchar contra el resultado y el idilio blanco con su estadio en una competición en la que el año pasado protagonizó tres remontadas históricas ante PSG, Chelsea y City. Por ello, los de Jurgen Klopp aspiran a ser la excepción a la norma.
Mucho más irregular y sin la solidez que le llevó a la final del curso pasado, este Liverpool es mucho más frágil e impredecible. Su temporada es una montaña rusa, con muy buenos momentos, como su contundente 7-0 sobre el Manchester United y otros no tan buenos, como su derrota (1-0) más reciente ante el Bournemouth.
En cuanto a las ausencias, Klopp no podrá contar con Thiago, Luis Díaz y Joe Gomez. Así, Konaté acompañará a Van Dijk en defensa, con un centro del campo formado por Fabinho, Henderson y Bajcetic, como en la ida. Mientras que el peligro ofensivo recaería en Salah, Darwin Núñez y Gakpo.