El Barça busca los cuartos ante un mejorado Nápoles
El Barcelona se juega este martes ante un emergente Nápoles (21:00 horas), mucho más que el pase a cuartos de final, más que los 10,6 millones de bonus por la clasificación, se juega volver a creer en sí mismo, en una temporada complicada, con un entrenador, como Xavi Hernández, con fecha de caducidad y muchas dudas.
Por eso, los azulgrana, que no pierden desde el 27 de enero y acumulan ocho partidos sin perder, tienen que agarrarse al momento. Necesitan un triunfo después del 1-1 de la ida, en una eliminatoria que sigue por el momento el mismo camino que la última disputada entre napolitanos y azulgrana, fue en la campaña 2019-2020, con un empate a uno en la ida y un 3-1 en la vuelta para los catalanes.
Se agarra el Barça de Xavi a dos adolescentes, uno en la punta de lanza: Lamine Yamal (16 años); otro en el eje central: Pau Cubarsí (17); y apelará a la necesidad para sacar adelante el partido. El equipo de Xavi Hernández ha mejorado en sus últimos partidos sus prestaciones defensivas y no es tan vulnerable. De hecho, el último gol encajado por los azulgrana fue el tanto anotado por Osimhen en la ida.
Xavi ha equilibrado su equipo en defensa, con Cubarsí como baluarte, y en la media después de apostar por Christensen. El conjunto no es brillante, pero vive de los destellos de Lamine Yamal, que a sus dieciséis años se ha echado el equipo a sus espaldas. Ante el Nápoles, la defensa parece clara con Koundé por la derecha; Cancelo por la izquierda y Araujo como acompañante de Cubarsí. Christensen, Gündogan y Fermín forman la primera línea de medios. Tampoco hay dudas en la presencia de Lamine y de Lewandoski en ataque, por lo que queda una plaza en juego que dependerá del dibujo.
Descartado Ferran Torres, sin los lesionados Pedri y de Jong, la tarea pendiente para Xavi es reformular el dibujo. Jugar con cuatro centrocampistas o con tres. Si lo hace con cuatro, podría completar la tripleta Christensen-Gündogan-Fermín con Raphinha, incluso con Sergi Roberto. Si apuesta por tres delanteros, Joao Félix sería el acompañante de Lamine y Lewandowski, pero el Barça perdería presión y fuelle en la media, seguramente donde se decidirá el partido.
Neutralizada la compleja situación de incertidumbre que vivió hace apenas unas semanas, con el despido de Walter Mazzarri a escasas horas del duelo de ida ante el Barcelona, el Nápoles comparecerá en Montjuic con un lavado de cara importante tras la llegada del nuevo técnico, el italiano Francesco Calzona, que encarará el desafío invicto, con 5 partidos seguidos sin perder.
Aurelio De Laurentiis, presidente del club, habría prometido a los jugadores una prima de 10 millones de euros por conseguir la victoria ante el Barça, según relataron los medios locales. Para ello, Calzona podrá contar con el nigeriano Victor Osimhen ya en plena forma tras la Copa África. El delantero disputó los 90 minutos en los 2 últimos encuentros, algo que no sucedía desde el pasado 8 de diciembre.
La referencia en ataque estará acompañada por el italiano Matteo Politano y el georgiano Khvicha Kvaratskhelia, el mejor jugador en lo que va de temporada. Además, Calzona recuperó para el centro de la zaga al kosovar Amir Rrahmani, que se perdió el último partido por molestias; y en la medular al sueco Jens Cajuste, que no estuvo disponible en las tres últimas jornadas, aunque todo apunta que será el marfileño Hamid Traorè el que acompañe al camerunés Frank Anguissa y al eslovaco Stanislav Lobotka en la medular.