El sexto hombre

Semifinales

Segunda jornada de Copa en Barcelona. En algunos casos casi de copa con alcohol barato, lo que los jóvenes denominan"garrafón". Ha sido el caso del Unicaja de Málaga a quien no ha sentado bien los dos primeros tragos ante un serio y resolutivo Banca Cívica. Ligeramente mareados y con preocupante somnolencia afrontó Unicaja el último tramo de encuentro ante un cada vez más seguro equipo sevillano. Conclusión: a semifinales el conjunto de Joan Plaza y Unicaja de vuelta en chárter a Málaga. El Real Madrid venció in extremis a Fuenlabrada. Quizás todo hubiera sido diferente si un triple lanzado por Leo Mainoldi a falta de tres minutos para el final hubiese entrado. Pero el destino escupió el balón del aro. Y con él, Fuenlabrada se despide con la cabeza alta.

ondacero.es

madrid | 17.02.2012 11:00

Partidazo de Felipe Reyes ante el Fuenlabrada | EFE

Unicaja   65   - Banca Cívica   77

El secreto está en la masa, decía un anuncio. En el baloncesto reside en el director de la orquesta. La sevillana estuvo magistralmente dirigida por Joan Plaza, prolongado sobre el parquet en Earl Calloway. La banda malagueña no tuvo ni orden ni concierto, ofreciendo una desafinada serenata a los miles de aficionados que se dieron cita en el Palau Sant Jordi. Joan Plaza se reivindica ante los suyos aunque a ti, lector, te sorprenda.

Los números, muchas veces, engañan. Las estadísticas del encuentro no muestran lo sucedido en realidad. La superioridad de los sevillanos fue continua ante un equipo sin alma. Freeland, desaparecido en las fases importantes del choque, terminó con 24 de valoración (4 más que Calloway). Todo mentira. Su incidencia fue más negativa que positiva en el devenir del encuentro. Banca Cívica ha cumplido con creces su cometido en Barcelona. Lo que venga será un premio al trabajo de un entrenador serio, coherente y brillante como Joan Plaza, por mucho que a sus dirigentes les moleste. Pero esa es otra historia que ya escribiré en su momento.

Real Madrid  75 -  Mad-Croc Fuenlabrada  66

Ritmo de partido. Frase repetida hasta la saciedad en los días previos al derbi madrileño. Insistían sobre ello los protagonistas horas antes del último cuarto de final de la Copa del Rey. El ritmo fue pausado, sin contraataques fáciles, con mucha presión defensiva. Pausa que beneficiaba al equipo, en teoría, más débil. Mostró el Fuenlabrada mejor imagen que el Real Madrid. ¿De qué sirve la imagen si se pierde? Ayuda a conciliar mejor el sueño. Aunque el copero llegue a su fin.

Felipe Reyes, capitán del Real Madrid y un hombre con un orgullo que no le cabe en su enorme corazón. Fuenlabrada, un equipo con un orgullo que no cabe en su enorme corazón. Fue un partido de corazón, el menos indicado para quienes no padezcan de él con independencia de sus colores.  Llegados a los últimos cuatro minutos el marcador reflejaba igualdad. Entonces, las fuerzas fuenlabreñas flojearon y el equipo blanco superó el escollo. Sin brillo.

Fuenlabrada merece una ovación. Sus mimbres, modestos, tejidos con delicadeza por sus habilidosos dirigentes y técnicos. Delicada era la situación del Real Madrid, sembrado de dudas, quizás más externas que internas, tras dos varapalos europeos. No quisiera yo decir que quedan disipadas pero con hombres como Felipe Reyes, Pablo Laso puede ver las cosas de manera diferente. Como se hubieran visto si, a falta de tres minutos para el final y con dos puntos de ventaja para el Real Madrid, hubiese entrado un triple lanzado por Leo Mainoldi que se salió literalmente del aro. Conciliarán el sueño aunque seguro que si reviven esa jugada se convierte en pesadilla para Fuenlabrada.

A las 18:00 Caja Laboral - Barcelona y a las 20:30 Real Madrid - Banca Cívica. Aún sin sorpresas. De momento.