El Real Madrid tendrá que esperar para la Novena
Serán días duros para el Real Madrid. Tan cerca veían la posibilidad de alcanzar la ansiada Novena que tardarán días en creer que lo sucedido en Milán fue real. He dejado pasar 24 horas para que esta reflexión pues siempre en frío y con perspectiva se ven mejor las cosas. No es la primera vez que te digo esto después de un Campeonato pero conviene siempre recordarlo. La derrota en la final de la Euroliga no debería conllevar una pérdida de crédito del proyecto, ni del entrenador ni de determinados jugadores.
El deporte de élite se caracteriza por desenlaces como el vivido en la Final Four. El hecho de que pocos dieran como favorito al Maccabi no implicaba que no fuese un equipo con capacidad y talento para alcanzar la cima. Fundamentalmente por un motivo o un nombre: David Blatt. Puede que Mr. David sea el mejor entrenador en Europa desde hace ya un tiempo. Para ser exactos, desde que privó a España de “su” Eurobasket siendo seleccionador de Rusia. Entonces mostró las mismas cartas que el fin de semana en Milán. Baloncesto sencillamente complejo con unas variantes defensivas que si consiguen su objetivo, hacer pensar al rival, te atrapan cual tela de araña.
Perspectiva. Y la perspectiva me lleva a considerar que el Real Madrid pensó más de la cuenta en ataque. Objetivo conseguido por Blatt. Tela de araña. Atrapados en su pasado. El Real Madrid piensa cómo jugar cada encuentro y lo ejecuta sin más, es automático. Pero la forma de defender del Maccabi, a veces en zona a veces individual, llevó a los jugadores a pararse en su juego para determinar si debían atacar de una u otra manera. Es lo que tiene jugar una Final en la que la tensión y la presión te llevan a querer minimizar errores y riesgos. Y en esa décima de parada en la ejecución fue donde se empezó a esfumar la Novena.
Perspectiva. ¿Te has percatado de cuántos equipos han ganado la Euroliga en la última década? ¿Y cuántos intentos les costaron a cada cuál conseguirla? Pregunta al Barcelona si es fácil lograr la Copa de Europa. 5 presencias en una Final Four para un título. El Real Madrid lleva 3 en 4 años, alcanzando dos finales. Dicen que quien la sigue la consigue, siempre y cuando permanezca fiel a la forma en la que ha llegado a optar a ella.
Perspectiva. Es muy fácil a estas alturas, con la derrota sobre el plato, referirse a la escasa aportación del juego interior o al excesivo número de triples lanzados o a si fulanito o menganito no estuvo a la altura de las circunstancias. El Sexto Hombre no piensa caer en ello por una razón muy sencilla: esos argumentos no fueron eximidos cuando el Real Madrid copaba todos los elogios del mundo del baloncesto. Ni tampoco se criticó a fulanito ni menganito cuando fueron decisivos para alcanzar la Final Four. Incluido el entrenador, Pablo Laso.
Perspectiva. Pablo Laso ha otorgado al Real Madrid de una personalidad en el juego que ha traído consigo una cuestión infinitamente más importante que un título. Aquellos que permanecían ajenos a este maravilloso deporte llamado baloncesto, habían vuelto a interesarse por el mundo de la canasta. Se interesaban en qué TV se podía ver al Real Madrid. Igual soy un romántico de la vida, pero siempre es más importante el camino que te lleva al triunfo que el triunfo en sí. Apenas recordamos equipos como el Limoges francés, Campeón de Europa, y que tanto daño hizo a nuestro deporte con un juego insoportable. Quizás fue el pionero en una cuestión: destrozar el baloncesto en pos de un título. Si eres seguidor del Real Madrid, del Barcelona o de cualquier otro equipo, te invito a que te plantees qué prefieres: aburrirte como las vacas viendo pasar un tren y alcanzar un título sin repercusión o divertirte durante 9 meses, optar al título y que todo el mundo hable de tu equipo y de tu deporte. Siempre he concebido el baloncesto como un divertimento en el que la guinda es ganar.
Perspectiva. Ganar, lo que es ganar, sólo lo puede decir uno. Y sucede que no siempre el más brillante lo consigue. La victoria del Maccabi lleva, en nuestro país, a criticar al perdedor en lugar de ensalzar al vencedor. Muchas virtudes vimos en el Maccabi y también en el Real Madrid, como ser capaz de forzar una prórroga cuando todo estaba perdido para ellos. Ahora estarás mascullando la crítica a cómo se afrontaron los 5 minutos de añadido. Hasta que no te sientes en un banquillo no te percatarás de cuantas variables has de controlar y cuántos aspectos se le pasan por la cabeza al entrenador de turno antes de tomar decisiones.
Perspectiva. El año que viene la Final Four de la Euroliga se disputa en Madrid. Arma de doble filo para el equipo blanco. Queda un mundo hasta entonces y vaya usted a saber si ni tan siquiera estará en ella algún equipo español, incluido el Real Madrid (ojala que los 4 fueran españoles). Hasta entonces, el equipo blanco debería seguir con la misma idea que hasta ahora, debería confiar en el estilo de juego que le ha llevado hasta aquí. Cierto es que las dos finales perdidas en la Euroliga le dejan a las puertas del cielo, pero nadie aseguró que San Pedro fuera a otorgar las llaves del cielo al primero que pasara por allí. David Blatt se adelantó y puso 7 candados a esa puerta. La pena es que el equipo blanco no encontrara la llave maestra que la abriera. La Novena tendrá que esperar.