Los efectos adversos son "muy raros", según la EMA, en estas vacunas desarrolladas para proteger a la ciudadanía contra la Covid-19, por lo que la Agencia Europea del Medicamento se reafirma en su posición, pues determina que los beneficios superan a los riesgos y, por lo tanto, es seguro recibir las dosis.
La vacuna desarrollada por Johnson & Johnson podría comenzar a administrarse en España cuando haya respuesta de la Agencia Europea del Medicamento y de las diferentes instituciones sanitarias tras haberse parado su administración en los Estados Unidos. Mientras tanto, las primeras dosis que llegaron a nuestro país siguen almacenadas.
El fármaco estadounidense se une así a las ya aprobadas vacunas de Pfizer, Moderna y AstraZeneca. Pero, al igual que ocurre con la dosis de AstraZeneca, no alejada de la polémica, está siendo mirada con lupa, por lo que surge la comparativa entre los efectos secundarios que producen medicamentos mayormente normalizados por la población general.
Según los estudios, la vacuna de Janssen no presenta efectos secundarios graves, aunque, por el contrario, puede provocar reacciones leves que desaparecen con el transcurso de los días como cansancio, náuseas, dolor de cabeza y dolor en el lugar de la inyección.
Asimismo, los últimos estudios llevados a cabo por la EMA establecen una posible relación entre las vacunas contra el coronavirus y las trombosis. Sin embargo, defienden que el beneficio es mayor al riesgo que suponen, pues, en el caso de AstraZeneca, el riesgo de que esto ocurra es inferior al 1%.
Mucho se ha hablado estas semanas sobre la posibilidad que las mujeres que consumen píldoras anticonceptivas tienen de sufrir trombosis, pues, a pesar de estar indicados en el prospecto que acompaña al medicamento, poco se había hablado de ellos.
En dicha lista se detallan efectos adversos como coágulos de sangre en el pulmón o en la pierna, ictus o ataques al corazón.
Medicamentos tan habituales como el paracetamol, el ibuprofeno o la aspirina suponen un riesgo reducido de padecer efectos adversos. En el caso del paracetamol, su uso puede provocar vómitos, náuseas, somnolencia, daño renal y hepático, dolor de abdomen, anemia o inflamación del tejido pulmonar.
En cuanto al ibuprofeno, puede dar pie ictus o ataques al corazón, úlceras, hemorragias digestivas, perforaciones o, incluso, desarrollar la enfermedad de Crohn; también puede provocar efectos menores como diarreas, estreñimiento, mareos o, al igual que la aspirina, dolencias gastrointestinales.
El omeprazol es un medicamento muy recurrido entre los ciudadanos que padecen dolores de estómago relacionados con la acidez. Este conocido protector de estómago advierte la posibilidad de presentar efectos secundarios como dolor de cabeza, náuseas, mareos, dolor de estómago, diarrea o pérdida del sueño, entre los más comunes.
Según la Organización Mundial de la Salud, los contagiados de COVID-19 tienen un mayor riesgo de sufrir trombosis que aquellos vacunadla con AstraZeneca o Janssen.
Asimismo, fumar también puede dar lugar a trombos, pues, según los datos, afectaría al 0,18% de los fumadores, un porcentaje mayor de riesgo que al recibir la vacuna contra la COVID-19.