40 años de vino y vida

Ribera del Duero: el sueño de las gentes de la viña y el vino que hoy es un éxito internacional

"Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo".

ondacero.es

Madrid | 20.07.2022 11:34

Ribera del Duero: el sueño de las gentes de la viña y el vino que hoy es un éxito internacional | José I. Berdón

Esta frase, que se atribuye a Eduardo Galeano, define a la perfección la génesis de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Un proyecto, un sueño, un deseo de un grupo debquienes, convencidos del potencial de la uva que cultivaban y de la calidad de los litros de vino que elaboraban en primitivas infraestructuras, decidieron mover los hilos necesarios, tocar las puertas que hiciera falta, para constituir un Consejo Regulador y una marca de calidad que ha acabado llevando el nombre de Ribera del Duero.

Así nació, tras meses de trabajo incesante, la Denominación de Origen Ribera del Duero. Hoy es una marca de prestigio que ampara vinos reconocidos en todos los rincones del mundo. Hoy es motor económico y social de una comarca rural que agrupa pueblos de Soria, Segovia, Valladolid y Burgos. Hoy es emblema de Castilla y León y representante del buen hacer español. Y, sobre todo, hoy es compañera de brindis de quienes entienden que la vida siempre es mejor vivirla con vino y que este, el vino, es parte de nuestra forma de ser, de sentir, de disfrutar y de amar.

Vendimia de los vinos Ribera del Duero | Ribera del Duero

Orígenes y constitución de la Denominación de Origen Ribera del Duero

La Denominación de Origen Ribera de Duero comenzó a gestarse mucho antes de que fuera ratificada su creación de forma oficial. En la década de los 60 del pasado siglo XX comenzaron a surgir las primeras iniciativas de carácter empresarial, pioneras de la futura industria del vino en la comarca. De la elaboración familiar o en comunidad de vinos para el consumo en pequeñas bodegas localizadas en los municipios ribereños, se pasa a un producto creado con pretensiones comerciales: las cooperativas. Como recogen los archivos históricos del Consejo Regulador, fueron el Instituto Nacional de Denominaciones de Origen, los Servicios de Agricultura y las instituciones provinciales y locales, junto con un buen número de viticultores, bodegueros y cooperativistas, quienes sumaron esfuerzos para consolidar una marca bautizada tiempo después con el nombre de Ribera del Duero.

Ismael Arroyo (Bodegas Ismael Arroyo), Pablo Peñalba y Pilar Pérez de Albéniz (Bodegas Peñalba López), Víctor Balbás (Bodegas Balbás), Anastasio García (Bodegas García de Aranda), los Hermanos Pérez Pascuas, y los responsables de las cooperativas Santa Eulalia, hoy reconvertida en bodega comercial, Rauda, Virgen de la Asunción , Tierra Aranda, y la entonces cooperativa Protos de Peñafiel, fueron algunos de los nombres del vino que participaron en la creación de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Destaca la labor de Narciso Cob, viticultor vinculado a la Cooperativa de La Horra y la de Virgen de la Asunción, cuya implicación fue también fundamental para dar impulso al proyecto. Se unieron en esta hazaña a nombres procedentes de la administración como Juan Javier Villagra (técnico de la Sección de Industrias Agrarias), Francisco Montoya (presidente de la Diputación de Burgos, institución que amparó técnica y económicamente el proyecto), Gabriel Yravedra Llopis (director técnico del Instituto Nacional de Denominaciones de Origen, dependiente del Ministerio de Agricultura), José Ignacio Gutiérrez Escudero (delegado del Ministerio de Agricultura) y Pedro Llorente (delegado del Ministerio de Agricultura por Valladolid, ayudó a diseñar territorialmente la DO), que decidieron apostar por la constitución de una marca de calidad seguros del potencial de los vinos de esta comarca, de la calidad de la uva tinta del país que tenía unas características únicas fruto de las peculiaridades climáticas y geológicas de la zona.

Juntos alumbraron en 1975 esa idea de solicitar la creación de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Pero los comienzos fueron duros por el panorama que rodeaba al primitivo sector del vino de esta zona. Cuentan los que los vivieron aquellos inicios que la comarca que hoy ocupa la Ribera del Duero estaba inmersa en una gran crisis: se arrancaban viñas, se cerraban cooperativas, y se vivía una gran recesión económica. Así que el primer paso fue informar, convencer e implicar a viticultores y cooperativistas (el ochenta y cinco por ciento del vino que se elaboraba en aquellos años lo producían las cooperativas). Se celebraron reuniones con las treinta y una cooperativas que existían en la etapa previa a la marca de calidad, pueblo a pueblo. La idea fue recibida con recelo, con extrañeza. Dicen aquellos fundadores que en la actual Ribera del Duero casi nadie era consciente de la grandeza de la región y de la excelencia de sus vinos. El proyecto se afianzó durante la Semana del Vino de la Ribera, que se celebró en diciembre de 1975 aprovechando el 25 aniversario de la Cooperativa Santa Eulalia de la Horra. La publicación que recogía los argumentos de esa Semana del Vino se editó en 1976.

Vinos Ribera del Duero | Ribera del Duero

Los primeros trámites pusieron de manifiesto la necesidad de integrar en el proyecto a municipios de las provincias de Segovia, Soria y Valladolid, que, junto con el territorio burgalés, formaban parte de la Ribera natural. Y así se dio forma al proyecto, que quiso llamarse desde los inicios Ribera del Duero, nombre registrado por la entonces cooperativa Protos de Peñafiel, que lo cedió gustosa sumándose de inmediato a la iniciativa. A mediados de los ochenta se unió también a un nombre histórico: Vega Sicilia. Y un poco después entró en escena Alejandro Fernández, que se sumó al grupo emprendedor impulsando de manera determinante la implicación del sector vallisoletano y contribuyendo además a la promoción de la marca de calidad.

Y, tras muchas y muy arduas negociaciones, se llegó a un acuerdo para crear una D.O. que albergara a localidades de cuatro provincias unidas por el nexo común del río Duero y por una tradición y cultura de la viña y el vino compartida.

En 1978 se realizó la solicitud de creación de una zona de calidad ante el Instituto Nacional de Denominaciones de Origen (INDO), con el respaldo del 98% de los entonces vitivinicultores de la zona. Fue ese mismo organismo el que, el 17 de noviembre de 1979, reconoció con carácter provisional la D.O. Ribera del Duero, instando a constituir un Consejo Regulador y a nombrar un pleno para la redacción del primer reglamento.

Este órgano provisional se constituye el 23 de julio de 1980, en un acto que se celebra en ayuntamiento de Aranda de Duero. De aquel pleno en funciones formaron parte:

  • Presidente: José Ignacio Gutierrez Escudero (delegado de agricultura de Burgos)
  • Vocales: Constancio Asenjo (presidente de la Cooperativa Santa Eulalia de la Horra), Narciso Cop (Cooperativa de La Asunción), Nazario Aladro (Cooperativa Virgen de La Vega de Roa), Anastasio García (Vinos García de Aranda), Francisco Velasco García (viticultor) y Lorenzo Ayuso (enólogo).
  • Vocales de la administración por Ley: Luis Ortiz Gallo y Javier Villagra, que fue nombrado secretario general provisional por su relación con el proyecto.
  • En la primera reunión se invitó a Teodoro Granados (presidente de Protos) y Jesús Anadón (de Vega Sicilia).

Durante dos años, hasta 1982, el Consejo Regulador provisional elaboró el primer reglamento de la Denominación de Origen Ribera del Duero. En él se estableció como variedad principal la tinta del país, que ocupaba el sesenta por ciento de los viñedos de la zona, y se admitieron también la Cabernet Sauvignon, Merlot, Malbec, Garnacha Tinta y Albillo Mayor. En 1981 fue aprobada la primera contraetiqueta de Ribera del Duero.

El 21 de julio de 1982, por orden del Ministerio de Agricultura, se aprobó el primer reglamento y se constituyó, formalmente, la Denominación de Origen Ribera del Duero y su Consejo Regulador. Se legitima así esta comarca elaboradora, la segunda en la actualidad en cuota de mercado y en importancia en el ámbito nacional, y embajadora de los vinos españoles de calidad en el mundo.

En su constitución intervinieron José Ignacio Gutiérrez (primer presidente del Consejo), Javier Villagra (secretario) y profesionales de distintos ámbitos que ejercieron como vocales del órgano inicial. La firma tuvo lugar en la Estación del Retiro de Madrid, donde en ese momento se celebraba una exposición de botellas de los vinos que se elaboraban en ese momento en la región.

DO Ribera del Duero: impulso y evolución

Hasta 1988, con la celebración de elecciones al Consejo Regulador de Ribera del Duero, el primer pleno que regentó la DO se ocupó de crear un logotipo, diseñar las primeras contraetiquetas, abrir los registros de viñas y bodegas, y todo lo que conlleva una marca de calidad oficial.

Con la DO Ribera del Duero convertida en realidad, era el turno de promocionar y dar a conocer los vinos que se elaboraban bajo su marchamo. Difícil tarea, pues era una marca desconocida. Realizaron una gran promoción para dar a conocer la Ribera del Duero, una absoluta desconocida entonces, con presentaciones en España, asistencia a ferias mundiales, exposiciones y catas en Europa. El impulso de aquellos hombres y mujeres, su dedicación para llevar las botellas a cualquier rincón, y la calidad y personalidad de los vinos producidos hizo posible que en 1985 se publicaran los primeros artículos de expertos que ya auguraban el gran futuro de los vinos de Ribera, que además tuvieron una gran acogida por parte del sector hostelero español, gran embajador de los vinos y bodegas desde sus inicios.

Aquella decena de bodegas fundadoras de 1982 eran veintisiete en 1985. En 1990 ya eran cuarenta y dos bodegas. El año 2000 se inauguró con ciento veintiséis bodegas adscritas. En 2010 se llegó a las 250. Y, en la actualidad, cuarenta años después, Ribera del Duero agrupa la cifra de 307.

Uvas de los vinos Ribera del Duero | Ribera del Duero

Ribera del Duero: creativa e innovadora

En 1983 se calificó la primera añada de la DO Ribera del Duero, con el resultado de "Muy buena". Y es que, desde el inicio, la DO se marcó unos objetivos altos para que la excelencia de sus vinos fuera siempre la meta a alcanzar. Así, fue en 1989 cuando se proclamó la primera añada "Excelente". Para entonces, la contraetiqueta de Ribera del Duero ya era una habitual en las cartas de los restaurantes.

La Denominación de Origen se creó con un propósito: crear grandes vinos, poner en valor la zona, diferenciarse y reinventarse. Y crear, crear, crear, con manos de artesano, con el saber heredado, mirando siempre al futuro. Crear para evolucionar.

A finales de la década de los noventa el panorama vitivinícola nacional venía marcado por las clasificaciones tradicionales de joven, crianza, reserva y gran reserva. Pero las bodegas de Ribera del Duero querían dar un paso más, experimentar con los tiempos de crianza. Y así, a principios del nuevo milenio, comenzaron a aparecer los primeros "robles o jóvenes robles". Vinos con un paso por barrica más breve que los crianza, pero con una complejidad mayor que los tradicionales jóvenes. Una auténtica revolución muy bien acogida por los consumidores, nacida en la DO Ribera del Duero, que es ya un imprescindible. En 2019 se escribe otra de las grandes páginas de la historia de la DO, con la aprobación de los primeros vinos blancos elaborados con la variedad autóctona Albillo Mayor.

En la actualidad, Ribera del Duero es un región creativa, innovadora, vanguardista, exigente, diferente y en continua reinvención. La tradición y la modernidad se dan la mano en esta comarca que apuesta por el progreso sostenible. El propio Consejo Regulador es un ejemplo de ello, y desde 2014 ha venido desarrollando WebBacchus, una innovadora aplicación que facilita a los operadores inscritos la totalidad de los servicios que ofrece el Consejo Regulador y les permite efectuar el autocontrol en la certificación de los vinos de la DO.

El Espíritu Ribera: pionera apuesta por la cultura

El vino de la Denominación de Origen Ribera del Duero forma parte de la vida, es compañero de celebraciones, no falta en la mesa en el día a día, y se disfruta en cualquier momento, en cualquier lugar, y mejor en buena compañía. Una forma de vivir, no solo beber, el vino de Ribera del Duero que representa el Espíritu Ribera, que está en el arte y en la cultura.

La Denominación de Origen Ribera del Duero ha sido pionera en su apuesta por la música, la literatura, el cine y el arte. Hoy es un habitual encontrar copas de vino en conciertos, o disfrutar brindando con un tinto en un estreno cinematográfico. Pero hace unas décadas, cuando el Consejo Regulador de Ribera del Duero comenzó a unirse a la cultura, no era fácil localizar un sacacorchos en determinados lugares.

En 2008 Ribera del Duero marcó dos hitos de absoluta referencia:

  • Creó el Premio Internacional Ribera del Duero de relato en español, consolidado hoy como el más importante del mundo en su categoría, que ha supuesto un trampolín para las carreras de autores destacados como Guadalupe Nettel, Samantha Schweblin, Marcelo Luján y Antonio Ortuño. Este galardón cumple ya su séptima edición.
  • Se unió al que es el primer festival de música en presencia y consumo de vino, que se celebra en Aranda del Duero en el mes de agosto, dándole nombre y contribuyendo a diferenciarlo del resto de la oferta: Sonorama Ribera que reunió en su edición de 2019 a 110.000 asistentes y agotó 35.000 botellas de vino de Ribera del Duero.

El éxito de estos maridajes culturales abrió un mundo de acciones de apoyo al mundo de la cultura. En 2010, Ribera del Duero se unió a la Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci), convirtiéndose en vino tinto o rosado oficial del festival de cine de autor. En 2019, Ribera del Duero pasó a ser Patrocinador Oro de este festival, convirtiéndose así en la única entidad de Castilla y León que ha alcanzado este estatus en la historia del festival, ampliando su presencia con la creación del Espacio Ribera y siendo sus blancos, tintos y rosados los vinos oficiales de la muestra. A partir de ese momento, el vino Ribera del Duero se convirtió en el elemento diferencial que marca y define a este festival. Un maridaje con el cine que se intensifica con la unión de Ribera del Duero al Festival Internacional de Cine de Sitges y a los Premios Feroz, del que ha sido vino oficial en las últimas cuatro ediciones.

En la Denominación de Origen siempre ha habido un interés en comunicarse con el público joven e invitarles a disfrutar de sus vinos, a saborear el Espíritu Ribera. Su unión con la música y la cultura ha hecho posible que esos tabús se derriben. Han contribuido a ello rostros populares que han ejercido y ejercen de embajadores de Ribera del Duero: Quim Gutiérrez, Antonio Orozco, Silvia Abril y Macarena Gómez fueron proclamados en el marco de la Gran Fiesta de la Vendimia de Ribera del Duero, que ha cumplido ya cuatro ediciones. Embajadores y otras celebridades han recibido como obsequio las ediciones únicas de botellas personalizadas de la DO.

Bodegas Ribera del Duero | Ribera del Duero | José I. Berdón

Artículos de coleccionista, con diseños exclusivos, que se entregan en el marco de festivales de cine, música o en momentos especiales del año a un selecto grupo de afortunados. Creaciones artísticas que homenajean la trayectoria profesional y reconocen el talento.

También es importante para Ribera del Duero cuidar las raíces, la conservación del patrimonio y la reivindicación de las tradiciones. Por eso apoya el trabajo que realiza la Fundación Atapuerca y la Universidad de Valladolid al frente del Yacimiento Arqueológico Pintia, donde se contribuye a desentrañar el origen del cultivo de la vid y el consumo de vino en este entorno.

El Consejo Regulador se implica también en todo lo relacionado con la protección y cuidado del medio ambiente, siendo las bodegas un ejemplo de sostenibilidad, con una viticultura responsable que minimiza el impacto ambiental, integrándose en el medio. La Ribera del Duero es ejemplo de viticultura, enología y producción sostenible, de compromiso con la naturaleza, con los consumidores y con el legado de las generaciones venideras.