Antonio López dice que "no quiero ser hijo predilecto de ningún sitio, los artistas tenemos cosas que aportar a un lugar y eso lo hacemos con nuestra persona y nuestro trabajo". Afirma que ha vivido dignamente de su trabajo, pero que en su tierra, Castilla - La Mancha, le han dado poco trabajo. Relata que su sueño era poder vivir de la pintura y que "no pido más que poder vivir de mi trabajo".
El pintor reconoce en Te doy mi palabra que "cada día podría empezar un cuadro" y que intenta pintar todos los días pero en Madrid (ciudad en la que vive) "hay muchas distracciones". A los comentarios sobre que es un pintor lento, Antonio López dice que no se considera lento pintando.
Sobre el retrato que pintó de la Familia Real, cuadro que tardó 20 años en terminar, aclara que "abandonaba el cuadro de los reyes por que me cansaba, pero no lo aborrecí".