JORNADA 22 | EIBAR - GIRONA

El Eibar no quiere asiento en el vagón de cola

El Eibar calcó su último resultado en Ipurúa, goleó al Girona (3-0), se alejó un poco más de los puestos de descenso y dejó al equipo catalán completamente inmerso en la lucha por evitar el descenso a Segunda División.

ondacero.es

Madrid | 01.02.2019 12:56

Los jugadores del Eibar celebran un gol ante el Espanyol | Efe

El Eibar calcó su último resultado en Ipurúa, goleó al Girona (3-0), se alejó un poco más de los puestos de descenso y dejó al equipo catalán completamente inmerso en la lucha por evitar el descenso a Segunda División.

El choque empezó con un aviso visitante de Stuani, sobre un césped que parecía no haber sido capaz de drenar la inmensa cantidad de agua caída durante la semana en Eibar, con lo que, en principio, no se preveía un partido espectacular.

Pese a todo, el Eibar no estaba dispuesto a dejarse frenar por las inclemencias y mandó un balón al larguero en el minuto 3, contrarrestando así la primera ocasión visitante.

En el encharcado césped de Ipurú, el partido entró después en una fase aburrida para el espectador, con un Eibar inofensivo y un Girona esperando su oportunidad sin perder en ningún momento la paciencia.

Por momentos, el Girona pareció amoldarse mejor a la situación del terreno de juego, ante un Eibar impotente que no encontraba la salida del balón desde el centro del campo. La mayor insistencia del Eibar hizo que llegase el primer gol del partido, obra de Rubén Peña, que enganchó a la perfección un pase atrás de Orellana.

Dmitrovic salvó el empate en el minuto 43 a disparo de Juanpe desde fuera del área y el Eibar sufrió en los últimos minutos de la primera parte, pese a lo cual logró llegar al descanso con ventaja en el marcador.

La segunda mitad no pudo empezar de mejor manera para los locales, que marcaron nada más sacar de centro por medio de Charles con una preciosa vaselina que hundió al Girona y dio alas a los locales.

Pocos minutos después, Enrich sufrió un claro penalti por parte de Ramalho que Charles se encargó de transformar para poner la sentencia a un partido en el que el Girona no llegó a entrar en ningún momento.

Lo que parecía imposible en la primera parte, que alguno marcase un gol, se convirtió en 15 minutos en un monólogo armero que los catalanes no fueron capaces de contrarrestar.

Ambos entrenadores movieron los banquillos, uno para tratar de dar la vuelta a un resultado que ya se antojaba definitivo, y el otro para dar equilibrio en el centro del campo. La segunda parte fue un monólogo local, ante un Girona al que le hizo mucho daño el tanto encajado a los 15 segundos de la reanudación y que no fue capaz de rehacerse ante un Eibar que se creció ante su público.

El VAR tuvo su protagonismo en el minuto 81, al confirmar un fuera de juego de Lozano en un gol de Stuani.