Javier Cancho, en ‘Por fin no es lunes’, cuenta que Numancia fue tomada como un ejemplo de coraje. Sin embargo, todo el proceso histórico de la resistencia numantina esconde una verdad reveladora que el sentimiento patriótico desconoce.
“El sentido de pertenencia sin sentido crítico nos estandariza en meros integrantes del rebaño. El orgullo -creo- no puede sustanciarse en una pulserita de colores. En mi caso, me sentí orgulloso cuando España ganó el mundial de fútbol; cuando lo ganó tal y como lo hizo, jugando en equipo proponiendo un estilo basado en lo creativo casi en lo artístico que es una actitud muy de estos lugares donde vivimos. Me siento orgulloso de Goya, de Cervantes, de tantas y tantos formidables que hemos tenido. Pero, no creo que la forma de sentir orgullo sea el rechazo de lo diferente”, comienza diciendo.
Cancho apunta: “me parece más necesaria la ética que la patria, como ecuación del comportamiento humano. Para reflexionar sobre estos puntos de vista acerca de los patriotismos, quizá, lo mejor será contar una historia.”
Se contaba que una pequeña ciudad de montaña, una ciudad insignificante llamada Numancia, un lugar habitado por los celtas nativos de la península, había logrado repeler sistemáticamente las embestidas del imperio, el asedio de las legiones de Roma. ¿Cómo fue esto posible? ¡No te pierdas la historia!