Ante las primeras palabras de Carlos III como monarca que apuntan a la continuidad del reinado de su madre, Burns apunta a que sería lo más lógico, ya que "Isabel II lo ha hecho increíblemente bien" y que, habiendo probado su eficiencia, no hay necesidad de cambiar la forma de reinado.
El historiador destaca la inteligencia del nuevo monarca y lo define como "una persona sumamente inteligente y preparada", aunque tendrá que ser más moderado que en el pasado a la hora de apoyar ciertas causas. En este sentido, el historiador confía en el sentimiento monárquico británico y cree que la corona está "absolutamente metida en la fibra y en el ser de los británicos".
Burns destaca que, en Inglaterra, hay un conocimiento y un aprecio a la corona por su historia y no cree que este relevo pueda afectar negativamente al apoyo que ésta tiene por parte de la población británica. En esta línea, el periodista recuerda que, con la muerte de Diana, hubo algunas encuestas que reflejaban menor apoyo a la Casa Real y que realmente no acabó siendo determinante.