Empezó su trayectoria profesional en Hungría. Tras un año en este país en el que jugó poco, estuvo en Francia durante 2 temporadas y, en 2001 regresó a Cuba preparar el Mundial de Balonmano de Francia, pero el gobierno no les dejó salir del país por si no regresaban.
Entonces, un amigo que estaba jugando en el Balonmano Ciudad Real le ayudó a fichar por el equipo. Con todos los problemas solucionados y “la promesa” de volver a la isla como condición para salir de Cuba, empezó el mejor momento de su carrera.
Con el equipo manchego conquistó 4 Ligas, 2 Copas del Rey, 3 copas de Europa, y un sinfín de títulos, y llegó a ser el mejor pívot del mundo.
En 2009, una lesión de rodilla le hizo parar y retirarse del balonmano… Hasta ahora. Más de una década después y con 51 años, vuelve a jugar al deporte que le dio fama y gloria.