"Nosotros queremos presentar a Picasso tal como fue. Celebrar su obra, pero no esconder algunas facetas de su vida. La grandeza de su obra se sobrepone a otras consideraciones, pero no puede oscurecerlas ni esconderlas". Así reivindicaba el ministro de Cultura, Miquel Iceta, el legado artístico de Picasso y la vigencia de su obra, sin olvidar el lado más oscuro de su vida personal. Lo hacía este lunes en el Museo Reina Sofía, junto a la ministra de Cultura francesa y ante el Guernica en la presentación del Año Picasso, con motivo de la conmemoración del 50 aniversario de la muerte del pintor.
Un total de 42 exposiciones, dos congresos académicos y numerosos eventos recordarán desde septiembre y a lo largo de 2023 la figura de este genio en toda su dimensión. Pero a todo genio le acompañan una serie de preguntas y debates: ¿Es posible separar su trabajo de la persona? ¿Hasta qué punto su relación con las mujeres debe pesar en la valoración de su obra? ¿Realmente fue Picasso, como algunos sectores apuntan, machista y misógino?
El director del Museo Picasso de Barcelona, Emmanuel Guigon, considera normal participar en estos debates, pero llama a interrogar a todas las fuentes conocidas, no sólo a las que se puedan sacar únicamente de determinados lugares, como las redes sociales. Asimismo, afirma que "no se pueden usar las obras de arte para ilustrar un discurso ideológico" ya que este tiene que nacer a partir de las obras y de la vida.
"Picasso es un hombre nacido en el siglo XIX, que ha vivido su época y que probablemente ha sido machista, pero es muy complicado de analizar. Es un debate sin duda importante, pero no tiene que ser el centro de la reflexión que debemos hacer sobre la importancia histórica que tiene la obra de Picasso", asegura.
Sobre los que opinan que los museos tendrían que invitar a participar de este debate, no sólo exponiendo la obra, sino contando los claroscuros de la misma, Guigon afirma que un museo tiene que "trabajar sobre su patrimonio". Sobre si se podría trazar su itinerario afectivo a través de su obra, lo descarta: "Hay muchas épocas de Picasso que han revolucionado sus propias prácticas, pero no tiene relación directa con su vida afectiva".