Un proyecto dirigido por un español plantará tomates en la Luna
Un ingeniero aeronáutico malagueño dirige un proyecto que colabora con la Agencia Espacial China cuyo objetivo es enviar semillas de tomates a la Luna para que se cultiven allí.
Gobiernos y empresas en la carrera espacial tienen como objetivo bastante cercano que el ser humano se establezca en la luna, pero antes hay que conseguir las condiciones adecuadas. Cultivar tomates, lechugas o zanahorias en la Luna pronto va a dejar de ser una utopía.
Ya en el año 2019, China consiguió un hito sin precedentes: cultivó con éxito una planta terrestre en la Luna. Lo hizo con una semilla de algodón en la cara oculta del satélite. Por primera vez en la historia, la semilla germinó y brotaron dos hojas que se mantuvieron con vida unos pocos días.
Ahora es un malagueño el que se prepara para cultivar hortalizas en la Luna al frente del proyecto 'Green Moon'. Estudia cómo hacerlo y avanza con paso firme. Si todo sale según lo previsto, sus primeras pipetas con semillas van a viajar a la Luna en un plazo de 4 años a bordo de una nave espacial china. Es José María Ortega Hernández, ingeniero aeronáutico y coordinador general del 'The Green Moon Project'.
¿Cómo surge la idea?
En septiembre de 2016, Ortega y su grupo aún eran estudiantes universitarios y decidieron presentarse a una competición que tenía como objetivo mandar la primera misión privada a la Luna: "Queríamos entender cómo sería el crecimiento de una planta bajo los efectos de una gravedad lunar, que es seis veces menor que la terrestre. Ese fue el germen de todo esto".
A pesar de que finalmente no consiguieron ganar la competición, sí quedaron entre los 15 proyectos finalistas seleccionados y de ahí comenzaron a madurar la idea de avanzar en su proyecto y convertirlo en algo más que un proyecto universitario.
¿Cómo se cultivan las hortalizas en la Luna?
Antes que nada, Ortega aclara que no se plantean ir a la Luna y plantar directamente sobre el suelo del satélite. La idea es, en la primera fase del proyecto, viajar hasta allí con una pequeña cápsula y entender cómo afectará la gravedad lunar y la radiación cósmica que tiene: "No tenemos casi atmósfera en la Luna y para ello tenemos que unir tres pilares fundamentales que son los que componen el proyecto: geología planetaria, la biología vegetal y la ingeniería o tecnología espacial".
"Para hacer esto posible, dentro de la cápsula tenemos que mantener unas condiciones de temperatura, humedad, luminosidad, que permitan que la planta que tenga lugar esa vida vegetal dentro de esa pequeña cápsula", asegura.
Afirma que gracias a una colaboración con el Cabildo de Lanzarote, las Islas Canarias y el Geoparque de la UNESCO, están usando sustrato rocoso del Parque Nacional de Timanfaya para recrear las condiciones lunares, ya que ese suelo volcánico se parece mucho a las grandes extensiones de la Luna. "Estamos realizando una serie de cultivos análogos muy similares bajo condiciones de la gravedad terrestre, pero en nuestro laboratorio, y estamos viendo no sólo cómo va a afectar la gravedad de la luna sino también la interacción de la planta con ese suelo".
¿Cómo se recrearán las condiciones terrestres en la Luna?
Explica que el tema de las hortalizas es "esencial" debido al interés entre las instituciones públicas y agencias espaciales de establecer bases en la Luna. Esas hortalizas dan nutrientes y vitaminas a los astronautas que viajan al espacio, pero mandar algo así en un viaje espacial cuesta muchísimo dinero, de ahí la idea de generar ese tipo de alimentación en la Luna.
Ortega asegura que hay que interpretar muy bien la reacción de la planta al cambiarle de suelo y para ello es importantísimo recrear lo más perfectamente posible las condiciones en que estas crecen en la Tierra. No sólo el suelo, sino también la luz: "la luz es esencial. Nosotros planteamos utilizar luces led, colores del espectro lumínico que favorecen el proceso de fotosíntesis de la planta".