REFUGIADOS UCRANIANOS

La historia de Liza, la niña que huyó de la guerra y ya estudia en España: "El colegio aquí es más difícil, pero necesito aprender"

Yelizaveta (Liza) tiene 13 años y hace unas semanas llegó a España junto a su hermana Anelina, de 12. Ya están escolarizadas en un colegio de Las Rozas, tras cruzarse Europa solas en un autobús tras huir de la guerra en Ucrania.

ondacero.es

Madrid | 20.03.2022 10:11

Entrevista en Por fin no es lunes a Liza, niña ucraniana que huyó de la guerra

El Ministerio de Educación calcula que unos 100.000 menores ucranianos tendrán que ser escolarizados en España. Los niños y las niñas que vienen huyendo de la guerra tienen una serie de derechos, entre los que está la educación básica.

Según los últimos datos del Ministerio ya son unos 1.700 menores ucranianos escolarizados en las aulas de nuestro país, 300, en la Comunidad de Madrid -que ofrecerá 77.000 plazas educativas para estos menores que están escapando del conflicto-.

La valiente historia de Liza

Una de esas niñas es Yelizaveta (Liza) que con 13 años llegó a España junto a su hermana Anelina, de 12, tras cruzar Europa solas en autobús. En Ucrania dejaron a los suyos y llegaron a Madrid gracias a una familia de acogida con la que ya habían pasado varios veranos.

Actualmente, se encuentran estudiando en el Colegio El Cantizal de Las Rozas, donde asegura que le "encanta estudiar", aunque es más difícil que en su colegio: "Pero necesito aprender; me resultan difíciles las matemáticas, a veces me gustan y a veces no porque hay cosas que a veces puedo aprender y otras que no".

Con un castellano fluido, Liza afirma que no es la primera vez que viene a España, "creo que he estado tres veces" y explica que su hermana está bien también, aunque reconoce que varias de sus amigas del colegio al que iban en Ucrania no pudieron salir: "dos amigas sí pudieron, Victoria y Abelina, pero otras se quedaron".

¿Cómo huyeron de la guerra?

"Nos dijeron que nos teníamos que preparar, coger documentos y que teníamos dos horas para hacerlo. Luego vino un autobús a cogernos y llevarnos hasta la frontera con Polonia y allí cogimos otro hasta España", afirma.

Confiesa que echa de menos a su abuela, a su tío y a su padre, que se quedaron en la ciudad en la que vivía: "Hablamos con ellos todos los días para preguntarles si todo está bien, pero el problema es que no hay comida".

¿Cómo está siendo la escolarización e integración de los niños ucranianos?

La directora del Colegio El Cantizal, Rosa Paredes, explica que no es fácil que las niñas se sientan contentas porque han vivido un drama personal muy fuerte que se encuentra añadido a lo vivido en Ucrania antes de venir a España: "Pero a pesar de ello, dice que está contenta en el colegio y eso supone mucho".

Afirma que aún no les ha dado tiempo a asimilar cómo ha sido el proceso de escolarización de las niñas porque se pusieron en contacto con ellos desde el Ayuntamiento de Las Rozas para decirles que venían dos hermanas ucranianas de acogida con una familia del centro de la localidad, que ya tiene otras tres alumnas en el colegio. "Inmediatamente, dijimos que sí y todo se movilizó para recibirlas lo mejor posible y que ellas se encontraran lo más felices posible", reconoce.

Explica que la integración de las niñas está siendo difícil por el idioma. A pesar de que Liza entiende y habla de manera fluida el castellano, "hay conceptos que resultan más complicados de entender". Mientras, su hermana, Anelina -de tan sólo 12 años- entiende a la perfección el idioma, pero no lo habla.

"Siempre contamos con el apoyo de los chicos, que son los que están haciendo más fácil la integración de las niñas. Como es un hecho que está teniendo tanta trascendencia, nuestros alumnos están sensibilizados y, en cuanto llegaron al centro, enseguida empezaron a arroparlas", afirma.

También explica que han recibido apoyo del Ayuntamiento de Las Rozas y de la Consejería de Educación, que les ha facilitado ciertos recursos como el comedor para que puedan hacerlo a diario, y un profesor del Servicio de Apoyo al Inmigrante para poder trabajar el idioma y que puedan integrarse lo mejor posible en el centro.