El fin de semana más frío de año
En torno al frío, en 'Por fin no es lunes' hacemos cronología de las grandes heladas y lo mejor que nos ha dejado el frío para la historia, como por ejemplo, la creación del Baloncesto.
Ayer, 21 de enero de 2022, fue el día más frío de lo que llevamos de año. España se heló, literalmente, en muchos lugares donde se alcanzaron temperaturas entre los -6 y los -10 grados bajo cero. Para los próximos días no se esperan demasiados cambios. Así nos lo explica Fernando Llorente, observador de meteorología de la Agencia Estatal de Metetorología (AEMET).
Llorente ha explicado que actualmente "tenemos un anticiclón de bloqueo que aporta cielos despejados y que, durante la noche, cuando las temperaturas caen, permite las heladas". No obstante, el observador de la AEMET se mostraba prácticamente impasible porque, en pleno enero, lo noticioso sería el calor.
"Estamos en el periodo más frío del año y el propio refranero nos lo dice, sobre todo, ahora que estamos en los santos barbudos: 'De los santos frioleros, San Sebastián primero'", bromeaba Llorente.
La crónica del frío resulta sumamente interesante. Bien lo sabe Fernando Llorente que, además, ha aprovechado la ocasión para explicarnos la historia del baloncesto, un deporte vinculado genuinamente al frío.
El baloncesto y el frío
Corría el año 1981 cuando, "en uno de los últimos coletazos de lo que se llama la Pequeña Edad del Hielo, se inventó el baloncesto".
A pesar de que en Nueva Inglaterra, en Estados Unidos, los fríos invernales eran frecuentes, lo acontecido aquel año rebasó los registros hasta la fecha y obligó a la adaptación de determinadas actividades de exterior, al interior, para poder proseguir el ritmo cotidiano con cierta normalidad.
El profesor de educación física James Naismith luchaba para poder mantener la actividad a cubierto, pero lo cierto es que los ejercicios de gimnasia que practicaban en el interior de las instalaciones deportivas podían resultar aburridos para su alumnado. Salir a la calle no parecía una opción debido a que las frías temperaturas y la nieve impedían la realización de las actividad de educación física en el exterior. Así pues, hubo de recurrir al ingenio.
Aquel enero de 1891, el profesor inventó un juego de pelota, posteriormente denominado baloncesto, que logró motivar a sus alumnos a practicar ejercicio en el interior de la escuela. Se le ocurrió colgar unas cestas de melocotones en las barandillas de la galería superior que rodeaba al gimnasio y repartió a sus dieciocho estudiantes en dos equipos de nueve jugadores cada uno. El objetivo residía en introducir la pelota en la cesta del equipo contrario el mayor número de veces posible y el resto ya es historia.
En 1896, el número de jugadores por equipo se redujo hasta los cinco y, a comienzos del siglo XX, se introdujo el tablero como solución para evitar que los seguidores situados en la galería donde colgaban las cestas pudieran entorpecer la entrada del balón.
En efecto, el baloncesto surgió a raíz de una ola de frío que congeló medio planeta y que en España derivó en la congelación del río Ebro a su paso por Zaragoza y Tortosa.